Qué tal.

Alemania, actual campeón mundial, fue eliminado en la Fase de Grupos en Rusia 2018 y, no obstante esta catástrofe, Joachim Löw, el director técnico, fue ratificado en el cargo hasta 2022. Eso solo tiene un nombre: respeto a los procesos.

Y lo mismo tenemos que hacer aquí, en nuestro país, con Ricardo Gareca, quien no solo le ha devuelto la identidad a la Blanquirroja, como hemos visto en las tierras de Putin, sino también categoría. Ya nadie nos pasa por encima y la idea es que participar en los mundiales sea una sana costumbre, no una casualidad.

Ojalá el “Tigre” se quede en la Videna porque hoy sentó a varios de golpe con esa frase de que “en este momento soy un técnico libre y que me tomaré el tiempo necesario para pensar lo mejor para mi futuro”.

Y para acentuar que Oviedo y la Federación deberán pagar capricho, Gareca enfatizó que “tengo la posibilidad de escuchar a quien sea, a cualquiera”. Más claro, ni el portero de Dinamarca.

Un consejo de pata a Gareca, como expresaría el buen Daniel Peredo: No te vayas, aquí eres un Dios y ya tienes un grupo hecho. En cambio, si tomas a la Argentina, con un Messi camino a la jubilación, será bien complicado llevar una existencia feliz.

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