No ha sido un buen año para el presidente .

Ha perdido varios puntos en su aprobación, la desaprobación llega a 67%, según una encuesta publicada hoy, ostenta menos credibilidad y cada vez se le ve con menor protagonismo, es decir carente de liderazgo frente a los problemas del país y las serias acusaciones que pesan sobre él.

Eso de que haya mentido y que recién ahora, bajo presión, acepte que fue consultor de una compañía ligada a Odebrecht, la empresa brasileña de las coimas, no es un buen síntoma. Si algo llevó a Kuczynski a Palacio de Gobierno es, precisamente, su eventual desmarque de los emporios de la corrupción. Pero la decepción aumenta.

A ver si con la llegada de 2018, PPK se pone las pilas y deja de darle caldo de cultivo a la oposición, léase Fuerza Popular, para que, inclusive, pida su vacancia, algo que sería una catástrofe para la democracia. Una dosis de la filosofía ganadora de la selección mundialista de Ricardo Gareca le caería a pelo.

En realidad, no ha sido un buen año para los principales personajes políticos: ahí los vemos desfilando por los tribunales y las comisiones del Congreso, como ocurrió hoy con el expresidente Alan García por el tema Lava Jato.

A poner las barbas en remojo, entonces.

Esto fue todo por hoy, guardo el lápiz, hasta mañana.

Esto fue todo por hoy, guardo el lápiz, hasta mañana.