Qué tal.

El presidente Kuczynski sabe que, literalmente, se está jugando la vida y, por eso, esta mañana, sacó toda la garra que le queda para defender su mandato y reafirmar que no renunciará.

En tono enérgico, pidió al Congreso que lo deje trabajar y hasta habló de traidores, aunque sin dar nombres. Algunos creen que se refería a Martín Vizcarra.

“Estamos poniendo en ridículo al Perú”, acotó, al recordar que quieren botarlo después de la Cumbre de las Américas “para no aparecer mal”.

El momento cumbre de su alocución fue cuando evocó a los cielos. “Si me muero hoy, San Pedro me recibirá allá arriba y me dirá: ´Pedro Pablo, tú has actuado bien´”.

Casi en pared, en la Conferencia Episcopal Peruana, el nuevo presidente de la institución, monseñor Miguel Cabrejos, sentenció que “hay que tener autoridad moral para pedir la vacancia” del mandatario. Toma, mientras. El puñetezo retumbó en el Parlamento.

Y, por si fuera poco, el también flamante secretario general de la Conferencia Episcopal Peruana, monseñor Norberto Strotmann, lanzó otro basucazo: "Si aplican en el Congreso [la incapacidad moral], en dos semanas ¿cuántos deberían salir del Parlamento?". Agárrate, Catalina.

Y, por si fuera poco, el también flamante secretario general de la Conferencia Episcopal Peruana, monseñor Norberto Strotmann, lanzó otro basucazo: "Si aplican en el Congreso [la incapacidad moral], en dos semanas ¿cuántos deberían salir del Parlamento?". Agárrate, Catalina.