Qué tal.

El dicho popular “En todas partes se cuecen habas” tiene asidero. Nosotros estamos acostumbrados a que en Perú pase de todo y para todos, pero por ejemplo en Panamá ahorita mismo hay un escándalo de proporciones.

¿Qué pasó? Ahí vamos. Mientras hablaba el presidente electo “Nito” Cortizo, su vicepresidente, José Gabriel Carrizo, sonreía al lado de su esposa y el celular sobre la mesa.

Para su mala suerte, justo en ese momento se encendió el teléfono y la pantalla se llenó de un mensaje, video o llamada, lo que provocó que la mujer del vicepresidente montara en cólera.

A Carrizo, el vicepresidente, no le quedó otra salida que voltear el celular y hacerse el loco, pero Julieta Spiegel, la esposa, solo quería que acabe la bendita ceremonia.

En la foto del estribo, cuando él intentó tomarla por la cintura, ella lo desairó botándole la mano. Esto me recordó el día que Nadine se volteó molesta por alguna cosa y dejó con la palabra en la boca a Ollanta, presidente de la República.

Moraleja: El teléfono es traicionero, muy traicionero, pero no tanto como un político sin escrúpulos y sin valores. Aquí sería un tramposo monse.

Esto fue todo por hoy, guardo el teléfono, digo el lápiz, hasta mañana.

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