Muchos peruanos le agarraron cariño a . Por eso salió elegido presidente de la República, a pesar de la bien trabajada campaña electoral de Keiko Fujimori.

Y empezó con el pie derecho, ensayando un simpático bailecito luego de la asunción respectiva en el Congreso. Los aplausos le llovieron. Y todo estaba chévere.

Pero lo que hizo con el pie derecho lo borró con el izquierdo al permitir que su médico y asesor, Carlos Moreno, haga un “negociazo” desde el mismo Palacio de Gobierno. Ahí mismo empezaron a florecer las dudas sobre su decisión y capacidad para enfrentar a la corrupción.

La gente esperaba que el hombre de 77 años y vasta experiencia en el Estado, rápidamente, hiciera olvidar a la mal llamada pareja presidencial Ollanta Humala-Nadine Heredia, pero, como vemos ahora, estaban unidos por el hilo de la coima que venía desde Odebrecht.

El gran problema de Kuczynski es que no dijo la verdad, le mintió al país sobre estas asesorías y terminó dándole la razón a quienes siempre lo creyeron un lobista sin remedio y defensor de los intereses empresariales.

Haber facturado con la empresa brasileña siendo, además, funcionario del Gobierno ha derivado en un nudo gordiano que puede terminar ahorcándolo políticamente. La vacancia ya apuntó sus misiles hacia él. Y esto, la verdad, es una enorme decepción.

Esto fue todo por hoy, guardo el lápiz, hasta el lunes.

Esto fue todo por hoy, guardo el lápiz, hasta el lunes.