Para unos, Kuczynski merece ciertamente la vacancia. Para otros, el fujimorismo sigue con la sangre en el ojo por la derrota electoral de Keiko y busca la venganza sacándolo de Palacio de Gobierno a como dé lugar.

En todo caso la democracia, el pueblo, la Constitución y el propio reglamento del Congreso permiten arrinconar de esta manera a un mandatario que, supuestamente, ha caído en “incapacidad moral permanente”.

Ya veremos cuál es el destino final de , pero yo sí quiero plantear algunas interrogantes que también las he escuchado en las conversaciones familiares, rondas de amigos y esquinas.

Un congresista que ha mentido en su hoja de vida, ¿puede vacar a un Presidente?

Un congresista que ha hecho negocios con el Estado, ¿puede vacar a un mandatario?

Un legislador que suministra combustible a los mineros informales, ¿puede sacar a un Presidente?

Un congresista que presenta certificados de estudios truchos, ¿puede mandar a su casa a un jefe de Estado?

Un parlamentario denunciado por no pasar alimentos a sus hijos, ¿puede decidir la suerte de un Presidente?

Un congresista acusado de apropiación ilícita y homicidio culposo, ¿puede vacar a un Presidente?

Como acotaría una amiga fanática de los dichos populares, “la sartén diciéndole a la olla: ¡qué negra eres!”.

Como acotaría una amiga fanática de los dichos populares, “la sartén diciéndole a la olla: ¡qué negra eres!”.