El Perú no es Nadine
El Perú no es Nadine

Ollanta defiende a su esposa Nadine como si ella fuera el Perú y no es así. Lo que tiene que reconocer es que está en un callejón sin salida por culpa de su mujer que en todo mete su cuchara y lo ha hecho perder autoridad y liderazgo. Esto le ha causado una ceguera que ha puesto a su gobierno al borde del despeñadero.

Sin embargo, ahora quieren culpar de todo el descalabro a la oposición cuando son ellos, la pareja presidencial, que con sus actos y soberbia han perdido la confianza de la mayoría del país. Ni sus propios aliados, como los toledistas, les creen en lo que hacen y menos sus 'padrinos' los Vargas Llosa que ahora que las papas queman se esconden y no dan la cara.

Nadine se ha dado el lujo de lanzar un comunicado como 'presidenta' del partido nacionalista amenazando a la oposición con 'no aceptar negociaciones sobre asuntos que no estén guiados por el interés nacional y el respeto a la institucionalidad'. Señala que el Congreso 'estará en condiciones de superar el impasse que ha generado su votación y asegurar la gobernabilidad que el país requiere'. Ni ella ni Ollanta reconocen que quien ha generado todo este caos es la misma Nadine con opiniones que se contradecían con el ex primer ministro César Villanueva, por lo cual tuvo que renunciar tras reconocer que la primera dama se entromete en el manejo del gobierno. Por eso es que sorprende que la causante de la crisis por la que hoy atraviesa el país, culpe a la oposición del caos y la ingobernabilidad.

Encima Ollanta sale a respaldar lo que dicen su mujer y el comité ejecutivo nacional del Partido Nacionalista cuyos integrantes son puestos a dedo por la misma primera dama. Lo que a todas luces demuestra que la que manda es Nadine y Humala solo se encarga de refrendar o apoyar lo que ella decide. Difícil momento lo que le espera el Perú mientras la pareja presidencial mantenga sus caprichos y la esposa no deje gobernar a quienes los peruanos eligieron como presidente de la república. Lo mejor que podría hacer es retirarse del palacio de gobierno e irse a vivir con sus hijos a otro lado para que deje a su marido al frente del gobierno y tome las decisiones de estado con el presidente del consejo de ministros. Como la misma Ana Jara dijo: el Perú no quiere un premier pelele. Está bien que Ollanta quiera a la madre de sus hijos, pero la oposición ni sus aliados no la quieren a ella como mandamás dentro del gobierno.

Todo el Perú sabe que muchos de los ministros están allí por Nadine y alguno de ellos no ha tenido reparos en decir que espera la 'luz verde' de ella. Para muestra un botón. Y no solamente eso. En el congreso también se ve la influencia de la señora Heredia porque Fredy Otárola, quien tiene un 14 por ciento de aprobación, nunca le va a decir no. En consecuencia, lo que ahora necesita el país es un primer ministro que no solo sea un tecnócrata sino que tenga un manejo político de acuerdo a la línea del gobierno, pero ajeno a las influencias nadinistas. Que ella se dedique a los asuntos domésticos y que no interfiera en las decisiones de estado. Se necesita un premier de consenso que la ponga en su sitio porque de seguir así, la estabilidad del país corre peligro. Ojalá el congreso encuentre una salida decorosa y cierre filas en defensa de la estabilidad democrática y la gobernabilidad.