En el fútbol peruano todo se hace mal. Lo que tiene que estar de pie está de cabeza. Los dirigentes manejan los clubes como si fuesen sus chacras.
Luego de lo que dijo el presidente García de convertir a los clubes en sociedades anónimas, más de uno ya debe estar sudando frío.
Hay equipos que vendieron varios jugadores al extranjero y nadie sabe qué hizo el presidente de la institución con el dinero. Lo peor de todo es que siguen en rojo, debiéndole dinero a todo el mundo y rogando para que no le quiten puntos por deudas.
Si tenemos un pésimo sistema es lógico que los empresarios resulten gente sin escrúpulos, a los que sólo les interesa vender al jugador sin esperar un verdadero crecimiento a nivel profesional.
Lo sucedido con Aldo Corzo es un claro ejemplo de un pésimo manejo y de un manoseo que el joven lateral no se merece.
Ustedes creen que un buen empresario puede decirle a un chico de Boca Juniors que deje el club para venderlo al Arsenal de Sarandí? Eso es una locura.
O acaso hay algún tarado que puede creer que es más fácil vender a Corzo al extranjero siendo jugador de la San Martín que de Alianza Lima o Universitario?
Estamos mal porque los clubes permiten que algunos advenedizos lleguen al fútbol entre gallos y medianoche como directivos de menores para que luego se conviertan en empresarios a fin de tratar al jugador como mercancía, sin importarles el factor humano.
Pero qué podemos esperar si esos impresentables empresarios entran a la Videna como Pedro en su casa, mientras los periodistas son maltratados porque a Burga y a sus ayayeros les da la gana. Esto está podrido.