Ministros y otras autoridades participan en sesión solemne en el Congreso
Ministros y otras autoridades participan en sesión solemne en el Congreso

Todos nuestros respetos a la majestuosidad del al conmemorarse su Bicentenario (200 años de instalación). Con todos sus bemoles, estamos ante una institución que es parte del soporte de la democracia en nuestro país y, dada la fecha, se impone un réquiem por Miguel Grau Seminario, el gran héroe nacional, que también fue diputado y el Hemiciclo preserva su escaño de senador vitalicio, aunque ciertos neófitos que llegan al Parlamento creen que es un simple adorno y hasta le faltan el respeto hablando sandeces. Ciertamente, el Congreso necesita recobrar el respeto y la admiración de la población, a la cual -se supone- representa, sin embargo, si nos atenemos a la polarización vigente y la evidente disociación con los intereres generales, el panorama resulta incierto. Es la casa de las leyes, pero, como vemos, muchos padres de la Patria la confunden con su chacra, su agencia de empleos, y de los “comepollos” hemos pasado a los violadores. ¡Santo Dios!