Pedro Castillo pidió a los ministros atender a la población y no encasillarse en sus puestos. (foto: Presidencia)
Pedro Castillo pidió a los ministros atender a la población y no encasillarse en sus puestos. (foto: Presidencia)

¿Qué hacemos con Pedro Castillo Terrones? Aunque parece que ya todo está consumado. ¿Qué hacemos con don Aníbal Torres, el premier que ayer se declaró hitleriano, por Dios santo? ¿Y qué hacemos con Vladimir Cerrón, el verdadero dueño del circo instalado en Palacio de Gobierno, como lo ha demostrado imponiendo otro amigote como ministro de Salud? El país arde en llamas, se cae a pedazos, carece de brújula, no tiene rumbo, está a la deriva... y el “prosor” sale con discursetes distractivos, repetitivos, vacíos, banales y vestido de rojo en Huancayo ante el griterío de mucha gente que exige su renuncia. Este síndrome de “reunionitis” de qué ha servido. Absolutamente de nada si nos atenemos a resultados tangibles. Hasta se ha pretendido utilizar el Acuerdo Nacional como mecenas para tapar tanta ineptitud e incapacidad para gobernar. Como reza un dicho de las abuelas, el que nace para panzón, aunque lo fajen de chico. Y Castillo hace rato que ha perdido la correa y las riendas del país. Y así no juega Perú.