A veces los clubes de fútbol se parecen a la política: les dan la oportunidad de oro a personajes desconocidos para que alegren a las tribunas y terminan siendo un fiasco total. Acaba de ocurrir con Universitario de Deportes y el técnico Carlos Compagnucci, a quien otorgó las herramientas humanas que requirió para que confeccione un equipo competitivo y lo que hemos visto en este inicio de liga es un cuadro sin brújula y sin la clásica garra. Conclusión: Chau argentino y la crema lejos de los objetivos trazados. Y si de política se trata, sería ocioso gastar muchas líneas en describir, por ejemplo, que Pedro Castillo, el confeso “humilde profesor de escuela rural”, mandó al diablo al país permitiendo que la corrupción nos gobierne desde el inicio de su gestión y ahora la decepción se haya transformado en piedras, bloqueos y polarización. Conclusión: Crisis, escasez, izquierdistas y comunistas enraizados en el Estado, “Niños” sinvergüenzas, etc. Y así no juega Perú.