La portada de ayer de OJO llevó como titular “A llorar al río” y en la “volada” se destacaba que el edificio de tres piso que se desplomó por las precipitaciones y la furia del río Rímac había sido construido al borde de la corriente; es decir, colindante con el peligro a pesar de que todos los años llueve y la amenaza de huaicos es latente en esa zona de Chosica. Algunos sabiondos y dizque estetas del periodismo que pululan en las redes sociales encontraron un prurito de burla en nuestra tapa. Nada más lejano de la verdad: el rótulo quería llamar la atención, precisamente, sobre la perniciosa costumbre de levantar predios en lugares no aptos como el surco de las quebradas que finalmente terminan activándose. “A llorar al río” no tiene otra connotación que las lamentaciones resultan inútiles cuando los hechos están ya consumados, en este caso la pulverización de la casa en las aguas del “río hablador”. En el mismo sentido nos referimos al desborde en Punta Hermosa. Aquí jamás nos burlamos de nuestros lectores.

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