“Por la boca muere el pez”, reza el dicho popular para aludir el descuido de abrir la boca (hablar) y morder el anzuelo (caer en la indiscreción). Esto le pasó al censurado ministro del Interior, Dimitri Senmache, quien -en conversación con el periodista Jaime Chincha en Canal N- soltó lo siguiente: “Yo creo que una persona que se ha fugado del país (Juan Silva) tiene que ser encontrada sí o sí, sin importar qué es lo que yo crea”. Luego Senmache dijo que no dijo lo que dijo, pero la desconfianza ya está instalada, sobre todo porque en este gobierno lo que prima es la sospecha y no cabe la menor duda de que el extitular del MTC tiene paladines que lo están escondiendo para que la justicia no lo obligue a contar los faenones en los que, según la Fiscalía y el mismo Congreso, también está metido el presidente Pedro Castillo. En las próximas horas el maestro, que no tiene palabra, debe nombrar al sexto ministro del Interior de su gestión y nada garantiza que de guatemala pasemos a guatepeor, y los amigotes prófugos sigan en su vergel.