Que no les quepa duda que la Virgen de la Candelaria debe estar sumamente molesta con los puneños debido a que, por llenar de piedras las carreteras y atacar comisarías y policías, la tradicional festividad en su honra que suele desarrollarse en febrero ha sido postergada hasta nuevo aviso. O sea que por preferir los mandatos de Pedro Castillo y de los azuzadores de la violencia, dejan de lado una celebración que le da identidad religiosa a esta región y es motivo de la visita de miles de visitantes, tanto nacionales como internacionales. Las cifras de la Asociación Peruana de Agencias de Viajes y Turismo (Apavit-Puno) son claras: se dejarán de recaudar unos S/ 111 millones con la cancelación de la fiesta de la Mamacha Candelaria y esto es un duro golpe a la economía puneña. Aquí no se trata de defender a Dina Boluarte sino de dialogar pacíficamente para encontrar una salida viable que incluya el adelanto de elecciones. Perdónalos Virgen de la Candelaria.