Yo siempre sostengo que en nuestro país puede pasar de todo. Las noticias nos zarandean de extremo a extremo, yuxtaponiendo la alegría, la tristeza, el dolor, el terror y el pavor.

Venimos del éxtasis luego de la clasificación al mundial de Rusia 2018 y ahora tenemos que llorar la muerte de una gran promesa del vóley, una niña de 16 años, en extrañas circunstancias. Todos se preguntan ¿qué pasó?

A nivel de salud y alimentación, hay gente que juega con la muerte sin la menor contemplación. Hasta los chinos nos quieren agarrar de lornas con latas de conserva de caballa llenas de gusanos. Lo peor es que este cargamento iba a Qali Warma, es decir a nuestros niños. Esto es un crimen.

En política, la competencia de lo absurdo alcanzó a Mauricio Mulder, quien pretende que el estado no ponga publicidad en los medios de comunicación privados. Olvida que él ejerció el periodismo y que le pagaban con el dinero que ingresaba por este concepto.

Como absurdo es el callejón oscuro a que ha sometido el fujimorismo al Fiscal de la Nación, Pablo Sánchez. Hoy Allan Wagner dijo que la acusación contra el titular del Ministerio Público no tiene pies ni cabeza y que pone en riego el equilibrio de poderes. La verdad, yo le creo más al presidente de Transparencia que al congresista de Keiko, Daniel Salaverry.

Esto fue todo por hoy, guardo el lápiz, hasta mañana.

Esto fue todo por hoy, guardo el lápiz, hasta mañana.