Ni un pelo de tonto: "Venezuela es un equipo prepotente, agresivo y maduro" │OPINIÓN
Ni un pelo de tonto: "Venezuela es un equipo prepotente, agresivo y maduro" │OPINIÓN

En el siglo pasado, Venezuela era quizá una de las selecciones más débiles y desconocidas de Sudamérica. De esas que, si no cantaban su himno previo a un partido, no se les conocía ni el color de su camiseta. De esas que hacían noticia por los goles recibidos en contra. De esas que muchos se burlaban y hasta la llamaban la “Cenicienta”, por lo ingenua para jugar al fútbol. Hasta que se gestó años después una revolución. No dictatorial, sino futbolística. Que empezó con el recordado “Pato” Pastoriza, y continuó con los Richard Páez, César Farías, Noel San Vicente y hoy en día con Rafael Dudamel, quien mezcla la lírica y el pragmatismo en su filosofía de juego.

Para los de corazón vinotinto, Dudamel es como el libertador Simón Bolívar, pues los liberó de ese miedo escénico para jugarles de tú a tú a cualquier seleccionado con el rótulo de gigante en el planeta fútbol. Y sucedió ante Brasil, donde la Vinotinto obligó a los de Tite a desesperarse ante la asfixiante presión alta que ejerció el batallón llanero. Por eso, el 0-0 final y la expectante situación en la que se ubicó Venezuela en su objetivo de seguir en carrera.

Es verdad que el VAR ha estado de su lado en sus dos primeras presentaciones, pero el equipo de Dudamel la tiene clara. No pestañea en sus libretos ni guiones. Son aplicados a la hora de cumplirlos al pie de la letra. Primero priorizan el orden táctico defensivo, y luego intentan hacer daño con velocidad, con ataques verticales. Y eso gracias a esa mezcla de un grupo de veteranos en mil batallas con chicos jóvenes de mucho talento.

Renglón aparte se merecen los que conforman este esqueleto táctico. Donde deslumbran Wuilker Faríñez, pequeño de estatura, pero gigante para resolver con atajadas felinas. También podemos mencionar el trabajo arduo y prolijo de Mickel Villanueva en el juego aéreo y la anticipación. Tomás Rincón, quien derrocha esfuerzo en sus idas y vueltas incansables. Además de Salomón Rondón, quien no solo aporta con su experiencia, sino también con esa potencia para encarar el arco de enfrente. Solo apuntamos a algunos, pero en realidad el resto del batallón del libertador Dudamel vienen cumpliendo a cabalidad sus tareas.

Sin duda, esta Venezuela es un equipo prepotente, agresivo y maduro -vaya como el apellido de su presidente- que ahora sí da que temer.

Sin duda, esta Venezuela es un equipo prepotente, agresivo y maduro -vaya como el apellido de su presidente- que ahora sí da que temer.