​Atleta invidente impone récord en caminata por el Gran Cañón en Arizona
​Atleta invidente impone récord en caminata por el Gran Cañón en Arizona

La paralímpica estadounidense Shawn Cheshire acaba de establecer un récord mundial al ser la primera mujer que camina 42 millas (67,59 kilómetros) de borde a borde del Gran Cañón, en Arizona, recorrido catalogado como uno de los más peligrosos.

La once veces campeona nacional en Tandem Cycling (bicicleta para dos personas) emprendió el camino el domingo en la medianoche con tres amigos que le sirvieron de guías. El lunes al mediodía estableció un tiempo récord -debido a su condición de invidente- de 24 horas y 15 minutos.

Michael Mena, uno de los promotores de la carrera de Cheshire, dijo a Efe que este reto se realizó gracias a la gran perseverancia de la atleta, quien se preparó físicamente con anticipación.

"Fue difícil porque ella es cien por ciento invidente, pero gracias a sus guías que la orientaban con señales verbales y la resonancia de campanas, que se colocaron en la espalda, Cheshire pudo seguir y terminar el recorrido", comentó.

Mena, que trabaja con diferentes organizaciones pro atletas paralímpicos, expresó que la campeona, que asistirá a las Olimpiadas de Tokio en 2020, se siente muy orgullosa del logro.

"Escucho las campanas, escucho lo que me dicen, escucho dónde pisan sus pies", dijo a medios locales Cheshire, quien perdió la vista en 2009 mientras trabajaba como paramédica.

Nacida en Texas en 1975, Cheshire sirvió en el ejército estadounidense como mecánica de helicópteros durante 8 años, pero, debido a una lesión, fue licenciada con una baja honorable. Después de dejar el ejército, trabajó en una ambulancia en Syracuse, Nueva York.

Un día nevado se encontraba auxiliando a un paciente cuando resbaló en el hielo y se golpeó la cabeza con la parte trasera de la ambulancia. La caída provocó una lesión cerebral que le hizo perder la vista.

Entonces con 34 años, el diagnóstico de invidencia le provocó una gran depresión, pero el hospital adonde asistía a terapias le recomendó la actividad física. Fue así como comenzó a correr con una guía y más tarde se introdujo en el ciclismo en la modalidad de tándem.

"Me pasó algo que fue muy trágico y me robó muchas cosas que nunca volveré a tener, pero pude encontrar una manera de convertirlo en algo para ayudar a alguien, y eso hace que valga la pena", dijo Cheshire.

La atleta no solo quería que su viaje fuera desafiante e histórico, sino que también inspirara a otros que enfrentan limitaciones similares en la vida.

"Es la confianza en sí mismo, la confianza en una misma, el amor propio, simplemente deshacerse de todas las cosas negativas y aprender quién eres y creer en ti. Toma la vida y solo conduce", comentó.

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