La selección belga abandonó este sábado Francia con una gran crisis abierta tras su eliminación en los cuartos de final de la Eurocopa, con su guardameta Thibaut Courtois al frente de la rebelión contra el técnico Marc Wilmots, al que culpa de la derrota frente a Gales (1-3).
Lo que parecía que podía ser el gran torneo de Bélgica, una oportunidad única para su generación dorada, se ha convertido en un polvorín con parte de la plantilla enfrentada a su técnico, liderada por el meta del Chelsea.
Courtois y Wilmots tuvieron una agria discusión en el vestuario al final del partido. El exguardameta del Atlético descargó su frustración contra el entrenador, al que culpó de la táctica empleada, y luego lo expresó a los medios.
"Hemos cometido los mismos errores. Hemos empleado la misma táctica que contra Italia y sufrimos los mismos problemas", señaló al acabar el encuentro Courtois, que aseguró que la decepción sufrida es aún mayor que haber perdido la Liga de Campeones, cuando ya se veía ganador en el último minuto.
Y al ser preguntado sobre la continuidad del técnico, que tiene contrato hasta junio de 2018, insinuó que quiere que se vaya: "Eso lo tiene que decir él. Yo ya dije dentro lo que tenía que decir y me lo guardo para mí".
Wilmots justificó ante los medios a Courtois ("está frustrado porque ha tenido una temporada difícil con el Chelsea y tenía la esperanza de ser campeón de Europa) y justificó la derrota ante Gales por la juventud de sus jugadores. "La experiencia no se puede comprar. No soy un mago", afirmó.
Los datos le avalan porque Bélgica alineó a una selección con un promedio de edad de 24 años y 242 días, la más joven de la Eurocopa en 48 años, pero los resultados y, sobre todo, el juego está en su contra.
Bélgica siempre pareció un buen puñado de jugadores que no acaba de formar un equipo y la afición de los diablos rojos teme que se desperdicie el talento de la llamada "generación de oro".
Porque nunca Bélgica tuvo tantos jugadores decisivos en las grandes Ligas europeas. Courtois y Hazard (Chelsea), De Bruyne (Manchester City), Alderweireld y Vertonghen (Tottenham), Carrasco (Atlético de Madrid), Vermaelen (Barcelona) Nainggolan (Roma), Mertens (Nápoles), Benteke y Origi (Liverpool), Lukaku (Everton)... Una nómina para hacer un equipo de ensueño, que nunca se comportó como tal.
Hace dos años, cuando también cayó en cuartos del Mundial frente a Argentina (1-0), se dijo que el equipo era demasiado joven y debía llegar en su punto de madurez a la Eurocopa.
En Francia, sin embargo, ha sido muy irregular. Sólo brilló contra Hungría, en los octavos (0-4), al aprovechar los espacios que dejaron los húngaros cuando se fueron en busca de la victoria.
En cuartos, la lesión de Jan Vertonghen la víspera del partido descabalgó todos los planes de Wilmots. Colocó a Jason Denayer en el lateral y dio entrada en el centro del campo a Marouane Fellaini para que ayudase a la defensa, pero lo que hizo fue descompensar un conjunto que, pese a adelantarse en el marcador, estuvo a merced del rival.
Ahora, Bélgica regresa con una crisis abierta. Wilmots ha quedado expuesto tras las declaraciones de Courtois, pero aún tiene cuatro años de contrato y las eliminatorias del Mundial de Rusia comienzan dentro de dos meses.