El púgil filipino Manny Pacquiao tuvo otro regreso triunfal a los cuadrilátero al ganar esta noche por decisión unánime al méxico estadounidense Jessie Vargas al que le arrebató el título del peso welter, versión Organización Mundial de Boxeo (OMB).
La pelea disputada a 12 asaltos, en el "Thomas & Mack Center" de la Universidad de Nevada Las Vegas, fue toda una exhibición por parte de Pacquiao que domino de principio a fin, sin que dejase ninguna duda su triunfo.
Tampoco la tuvieron los tres jueces encabezados por Dave Moretti, Glenn Feldman y Glenn Trowbridge que siguieron la pelea y que al final dieron unas cartulinas con las puntuaciones de 114-113, 118-109 y 118-109.
"En cada uno de los asaltos mi objetivo no fue otro que dejarlo nocáut, pero estoy feliz por la manera como he boxeado durante toda la pelea", declaró Pacquiao, de 37 años, al concluir el combate.
El púgil y también senador filipino reiteró que seguirá en el boxeo mientras los aficionados quieran verlo y demuestre que puede dar el mejor espectáculo.
"Ahora regreso a Filipinas para seguir con mi trabajo de senador, pero para el siguiente combate hablaré con Bob Arum de los planes que tenga", comentó el nuevo campeón del peso welter de la OMB.
En su línea de discreción no quiso hacer ninguna valoración o dar pista de que cual podría ser el próximo rival tras mencionarle posibles nombres como los de Terrence Crawford o Floyd Mayweather, los púgiles con más nombre que podrían presentar una gran cartelera en el duelo con Pacquiao.
"Lo único que me interesa es que la gente quiera verme en los cuadriláteros y luego, como siempre lo he hecho, no selecciono a mis rivales o elijo algo en concreto", valoró Pacquiao, que dejó su marca en 59-6-2, con 38 fueras de combate.
Sin embargo, la gran atracción de la recta final de la velada fue ver sentado al lado del cuadrilátero a Mayweather Jr., acompañado por su hija.
Su presencia generó de inmediato un gran entusiasmo y más al verlo en la velada de Pacquiao, y sin que su compañía Mayweather Promotions estuviese involucrada en la misma.
Su presencia incrementa aun más lo que ya todo el mundo sabia, que la revancha entre Pacquiao, que siempre dijo que la quería después de haber perdido el combate multimillonario del 2015, y Mayweather Jr. está cada vez más cercana, sin importar que el púgil estadounidense se encuentre retirado.
La pelea entre Mayweather Jr. y Pacquiao dejó unos ingresos de más de 630 millones de dólares, la mayor recaudación en la historia del boxeo.
Cuando se le preguntó a Mayweather Jr. cual era el motivo de su presencia en la velada, el excampeón del mundo invicto estadounidense dijo que había traído a su hija para que viese la pelea.
Esta vez sobre el cuadrilátero Pacquiao fue más completo durante los 12 episodios de la pelea y controló en casi todos los aspectos a Vargas, de 27 años, que bajó su marca a 27-2, con 10 nocáuts.
La mayor experiencia de Pacquiao sobre el cuadrilátero se dejó ver ante un más joven Vargas, que también se vi mucho más lento tanto en sus desplazamientos como en su ataque y defensa.
"Es un gran campeón, hizo una excelente pelea y a mi me faltó contundencia en mis golpes", declaró Vargas al concluir la pelea. "Me debe servir de experiencia de cara al futuro".
Aunque la pelea no había generado un gran interés entre los aficionados, Arum se encargó personalmente de la venta en la modalidad de "pago por ver", luego que HBO se negó a participar en la transmisión.
La bolsa de Pacquiao dependerá en buena medida de los resultados de esa venta.
"Cualquier cifra superior a las 600.000 compras representará una gran noche y le dará a él mucho dinero", afirmó Arum antes de la pelea. "Espero que él gane dinero como el Manny de antaño".
Tras concluir la pelea, Arum se mostró satisfecho en todos los aspectos por la manera que había ido la velada y porque se volvió a ver la versión del mejor Pacquiao.
Pero sobre todo por ver de nuevo a Mayweather Jr. en el radar del mundo del boxeo como protagonista activo de cara a preparar el camino para su vuelta a los cuadriláteros.