Al recorrer las calles de Lima, no pasan desapercibidos algunos trazos de tiza en las pistas y veredas que terminan convirtiéndose en sorprendentes piezas de arte. Y es que un grupo de niños y adolescentes se concentran todos los días en diversos puntos de la ciudad para compartirnos un poco de su talento retratando en el asfalto imágenes religiosas o de sus dibujos animados favoritos, a cambio del apoyo económico de los transeúntes.
Color en las veredas.
Color en las veredas.
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En medio del plomo dominante en las calles del Centro historico, sobresale el color que dejan los pequeños artistas para sorpresa de los transeúntes : La mirada de Cristo imperturbable.
Foto: Cesar Grados/@photo.gec
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Estos jovenes artistas de la calle consideran que dibujar al hijo de Dios les trae suerte.
" Darle vida a sus ojitos me reconforta y siento que me protege" nos dice uno de ellos con tono calmado y cansado a la vez. Terminar de dibujar a Jesus les puede tomar hasta 4 horas sin parar.
Foto: Cesar Grados/@photo.gec
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El color importa mucho y que mejor herramienta que esa clasica y magica barrita de yeso de multiples colores para darle vida a sus trazos. Con un dibujo impecable pueden asegurar unas cuantas monedas para sobrevivir en el dia.
Foto: Cesar Grados/@photo.gec
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Cada trazo es milimetrico. No cabe el error si se quiere emular a la perfeccion esa mirada que muchos consideran sagrada. Para estos jovenes talentos, la cantidad de horas que puede tardar en dibujar es lo de menos.
Foto: Cesar Grados/@photo.gec
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No hay mas opciones que una vereda o pista para dibujar. Sentados por horas , consideran que es mas estratégico hacerlo allí que en una pared , pues será mas visible para el transeúnte y por ende conseguir así la ansiada "propina".
Foto: Cesar Grados/@photo.gec
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Las necesidades económicas de estos artistas son urgentes. Cualquier "colaboración" es aceptada sin enojo. No hay cantidad mínima ni máxima en dinero. Se acepta de todo incluso ropa o alimentos.
Foto: Cesar Grados/@photo.gec
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Estas fiestas navideñas tampoco son ajenas para ellos. En las calles del Mercado central, cerca a la avenida Abancay en medio del mar de gente, la silueta de este personaje siendo coloreada sera una escena recurrente.
Foto: Cesar Grados/@photo.gec
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Imposible no sonreír al verlo y recordar esos años de colegio. El Chavo del 8 también es dibujado y por ende inmortalizado en las veredas de la avenida Tacna por estos jóvenes artistas.
Foto: Cesar Grados/@photo.gec
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Terminar un dibujo de gran tamaño les toma muchas horas. Y en ese lapso de tiempo, cientos de personas pasaron cerca a ellos pero fueron pocos los que apoyaron con unas monedas. " No pedimos mucho, solo lo suficiente para comprar el almuerzo y que alcance para el lonche" nos dice Pablito, un niño con habilidades increíbles para la pintura.
Foto: Cesar Grados/@photo.gec
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No hay mas opciones que una vereda o pista para dibujar. Sentados por horas , consideran que es mas estratégico hacerlo allí que en una pared , pues será mas visible para el transeúnte y por ende conseguir así la ansiada "propina".
Foto: Cesar Grados/@photo.gec
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Su diminuta y tierna figura se hace notar en las calles. Flanqueado por sus dos hermanos mayores, el popular " Chato" también intenta dominar el arte de pintar con tiza. A sus cortos 6 añitos ya sabe, lamentablemente que la vida es dura y por ello apoya en lo que puede.
Javi, su hermano nos relata: "Quiere aprender a dibujar mejor, nosotros lo cuidamos mucho, nunca nos separamos de el, hay mucha gente mala en las calles, a veces se queda con mi mama que vende galletas"
Foto: Cesar Grados/@photo.gec
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Son solo tres hermanos, pero a la vez representan a cientos de infantes que recurren a este trabajo. Sin hogar fijo, provenientes de familias destruidas , de padres quizas divorciados o victimas de la reciente pandemia, estos niños salen a las calles a sobrevivr. No eligieron robar, si no a dejar su arte a cambio de unas monedas, las suficientes para comer.
Foto: Cesar Grados/@photo.gec