​Chile agredió a Bolivia en 250 ocasiones entre 1842 y 2017... y no olvida
​Chile agredió a Bolivia en 250 ocasiones entre 1842 y 2017... y no olvida

El general en retiro del Ejército de Luis Fernando Alcázar ha registrado lo que considera 250 "agresiones" de distinta índole de hacia Bolivia desde 1842 a 2017, relacionadas con el "enclaustramiento" marítimo de su país.

"Chile evidentemente es un Estado agresor", concluyó Alcázar en una entrevista con Efe a días de publicar "250 agresiones de Chile a Bolivia por la cuestión marítima", que es el tercero de una obra sobre la historia de conflicto bilateral que tendrá diez tomos.

El libro que será publicado con el apoyo del Senado la próxima semana clasifica las "agresiones" en 14 áreas, entre ellas las de tipo diplomático, militar, jurídico, hídrico, económico, territorial, naval y mediático, entre otras.

Bolivia perdió su salida al mar en 1879 en la denominada Guerra del Pacífico ante las tropas chilenas que ocuparon su territorio, al igual que el de Perú.

Alcázar explicó que Chile utilizó contra Bolivia "el poder militar" en 31 momentos, incumplió instrumentos jurídicos en otras 30 ocasiones y en 134 oportunidades se produjeron lo que considera "ofensas diplomáticas", entre las que hay desde amenazas bélicas hasta burlas en escenarios bilaterales o multilaterales.

En el último grupo, incluye 69 momentos en los que Chile ofreció dar respuesta al "enclaustramiento" marítimo, pero sin concretarla.

De esas ocasiones, 29 son anteriores al Tratado de 1904, que fijo los nuevos límites territoriales, y 40 son posteriores.

El investigador también sostiene que Chile "siempre ha estado dispuesto al diálogo" sobre el conflicto bilateral ofreciéndolo en 28 oportunidades y comprometiéndose en 20 ocasiones, pero que "nunca ha estado dispuesto a la solución".

El inventario de las "agresiones" realizado por el general boliviano incluye el hecho de que el Estado chileno haya negado en 1845 que Bolivia nació con acceso al mar y pasa por el insulto del exalmirante chileno José Toribio Merino, que en 1993 dijo que los bolivianos eran unos "auquénidos metamorfoseados".

En la lista también está el hecho de que negociaciones de Chile y Bolivia no hayan concluido en soluciones sobre la demanda marítima.

Precisamente, esto último es un argumento clave usado por el Gobierno de Bolivia para denunciar a Chile en 2013 ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya (CIJ) buscando un fallo que obligue a Santiago a negociar de buena fe el reclamo boliviano.

Asimismo, el autor militar estableció que Chile ha usado una "estrategia de intereses" que consistía en buscar a Bolivia para estudiar una solución a su falta de acceso al mar, cuando alguno de sus propios objetivos estaban en riesgo.

Al respecto, agregó Alcázar, sobresale la vez en que el Gobierno de Gabriel González Videla aceptó hablar de una solución a la demanda marítima, tras poner la mirada en beneficios de las aguas del altiplano boliviano, lo que generaron lo que en la relación bilateral se llamaron "Notas del 50".

También sobre aguas dulces, el militar boliviano citó el desvío de las aguas del río Lauca en 1962 como un ejemplo de agresión.

Actualmente, también radica en la CIJ un litigio entre ambos países por la definición de la categoría de las aguas de los manantiales bolivianos del Silala, que son utilizadas por Chile pese a haber fenecido una concesión que autorizaba su uso en 1997.

Chile demandó ante la Corte de La Haya que defina que esas aguas son de un río internacional contra el argumento de Bolivia de que los recursos hídricos fueron desviados artificialmente por canales.

En lo jurídico y económico, el investigador militar también mencionó las presiones que Chile ejerció para que Bolivia firmara el Tratado de 1904, que fijó los actuales límites entre ambos países con beneficios para los bolivianos como el "libre tránsito".

"Fue firmado bajo muchísima presión, se controlaron las imprentas en Bolivia, a los excombatientes de la Guerra del Pacífico se los encerró en sus casas, se prohibió hablar del tema por dos años, se formó un escenario de presión psicológica por el que Bolivia se vio obligada a firmar", enfatizó Alcázar.

Alcázar aseguró que "no hay cosa más falaz" que asegurar que el acuerdo de 1904, que defiende Chile como el documento que selló las fronteras, fue suscrito en armonía.

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