Democracia capitalista y la economía social de mercado retroceden
Democracia capitalista y la economía social de mercado retroceden

Un estudio de la Fundación Bertelsmann, con sede en Gütersloh (norte de Alemania), constata un retroceso de la democracia y de la economía social de mercado en todo el mundo y un aumento de la influencia de la religión sobre las instituciones políticas y jurídicas.

"La democracia y la economía social de mercado se encuentran en retroceso en todo el planeta", dice un comunicado de prensa de la fundación en la que se resumen las conclusiones claves del estudio.

El informe, en el que participaron 250 científicos, analiza la situación de 129 países en vías de desarrollo y transformación para evaluar la calidad de los gobiernos respectivos a partir de la consideración de 17 criterios.

De esos 129 países sólo a seis se le acredita una buena calidad de gobernanza, lo que representa el nivel más bajo desde 2006, cuando empezó a realizarse periódicamente el estudio.

Pese a que dentro de los países analizados las democracias han aumentado ligeramente -de 72 a 74- y las autrocracias se han reducido de 57 a 55, en lo relativo a cada una de las respectivas formas de gobierno la situación ha empeorado.

Desde el último estudio, hace dos años, las autocracias consideradas "duras" han aumentado del 58 al 73 % y sólo en 15 de las 55 autocracias consideradas se protegen en parte los derechos civiles y se otorgan derechos políticos limitados.

En las otras 40 autocracias son frecuentes las detenciones arbitrarias de periodistas y activistas de derechos humanos.

En cuanto a las democracias, una de cada dos es calificada por el estudio como defectuosa y en la gran mayoría de los países de Europa oriental hay ahora más restricciones a la libertad de prensa y a la libertad de expresión que hace una década.

El presidente de la Fundación Bertelsmann, Aart De Geus, expresó especial preocupación por la situación de los países vecinos a la UE.

"Los países vecinos de Europa se han convertido en más conflictivos, menos estables y más autoritarios. Lo que suscita preocupación, sobre todo, es la creciente incapacidad para el debate social y político", dijo.

Esa evolución, según el estudio, ayuda al crecimiento del populismo que en muchos países ya tiene un caldo de cultivo en la pobreza, la desigualdad y la falta de perspectivas económicas para buena parte de la población.

El informe lamenta que los años de bonanza económica mundial no se hayan aprovechado para invertir en educación y sanidad y en la lucha contra la desigualdad social.

En lo relativo a la influencia religiosa en la política, el informe destaca que ha aumentado en 53 países en los últimos diez años y sólo se ha reducido en 12. 

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