Estados Unidos y Arabia Saudita tienen a su enemigo Irán en la mira
Estados Unidos y Arabia Saudita tienen a su enemigo Irán en la mira

El secretario de Defensa de Estados Unidos, Jim Mattis, se reunió este miércoles con dirigentes sauditas para revitalizar la alianza de Riad con Washington frente a Irán y sus actividades "desestabilizadoras" en Medio Oriente.
"Es de nuestro interés que Arabia Saudita tenga fuerzas armadas y servicios secretos fuertes", declaró Mattis a la prensa junto con el ministro de Defensa saudí, el poderoso príncipe heredero Mohamed ben Salman, quien fue recibido por Donald Trump hace un mes en Washington.
Mattis evocó la posibilidad de una visita del presidente estadounidense Trump a Riad. "Lo que podamos hacer aquí podría abrir la puerta a una visita de nuestro presidente a Arabia Saudita", declaró.
El jefe del Pentágono fue recibido este miércoles por el rey Salmán, en su palacio Al Yamama de Riad. El príncipe heredero, Mohamed ben Nayef, y el ministro de Relaciones Exteriores saudí, Adel al Jubeir, estaban presentes.
El encuentro se centró en "las relaciones de amistad estratégicas" entre los dos países, "en particular en el sector de la defensa", así como sobre la coyuntura regional e internacional, según la agencia oficial Spa.
Jim Mattis viajó a Riad con la voluntad de "revitalizar" la alianza entre Arabia Saudita y Estados Unidos, explicó un responsable estadounidense del Pentágono, para "conocer sus prioridades".
Riad se sintió marginada durante la negociación del acuerdo sobre el programa nuclear de Irán, firmado en julio de 2015, indicó el responsable estadounidense.
El acuerdo se tradujo en la suspensión de las sanciones internacionales contra la República Islámica, a cambio de garantías de que Teherán no continuará con su supuesto programa nuclear militar.
Pero los dirigentes sauditas se inquietan por la influencia de Irán en los países árabes, que utilizaría a las comunidades chiitas para afianzarlo, como en Bahréin, Líbano o Yemen.
Yemen, país fronterizo de Arabia Saudita, está en guerra civil desde hace más de dos años, los rebeldes hutíes (chiitas), respaldados por Teherán, se enfrentan a las fuerzas progubernamentales ayudadas por una coalición árabe liderada por Riad, que recibe algún apoyo militar de Estados Unidos.
La llegada a la Casa Blanca de Donald Trump, que no cesa de denunciar la "influencia nefasta" de Irán en Oriente Medio, favorece los intereses de Riad.

El secretario de Defensa de Estados Unidos, Jim Mattis, se reunió este miércoles con dirigentes sauditas para revitalizar la alianza de Riad con Washington frente a Irán y sus actividades "desestabilizadoras" en Medio Oriente.
"Es de nuestro interés que Arabia Saudita tenga fuerzas armadas y servicios secretos fuertes", declaró Mattis a la prensa junto con el ministro de Defensa saudí, el poderoso príncipe heredero Mohamed ben Salman, quien fue recibido por Donald Trump hace un mes en Washington.
Mattis evocó la posibilidad de una visita del presidente estadounidense Trump a Riad. "Lo que podamos hacer aquí podría abrir la puerta a una visita de nuestro presidente a Arabia Saudita", declaró.
El jefe del Pentágono fue recibido este miércoles por el rey Salmán, en su palacio Al Yamama de Riad. El príncipe heredero, Mohamed ben Nayef, y el ministro de Relaciones Exteriores saudí, Adel al Jubeir, estaban presentes.
El encuentro se centró en "las relaciones de amistad estratégicas" entre los dos países, "en particular en el sector de la defensa", así como sobre la coyuntura regional e internacional, según la agencia oficial Spa.
Jim Mattis viajó a Riad con la voluntad de "revitalizar" la alianza entre Arabia Saudita y Estados Unidos, explicó un responsable estadounidense del Pentágono, para "conocer sus prioridades".
Riad se sintió marginada durante la negociación del acuerdo sobre el programa nuclear de Irán, firmado en julio de 2015, indicó el responsable estadounidense.
El acuerdo se tradujo en la suspensión de las sanciones internacionales contra la República Islámica, a cambio de garantías de que Teherán no continuará con su supuesto programa nuclear militar.
Pero los dirigentes sauditas se inquietan por la influencia de Irán en los países árabes, que utilizaría a las comunidades chiitas para afianzarlo, como en Bahréin, Líbano o Yemen.
Yemen, país fronterizo de Arabia Saudita, está en guerra civil desde hace más de dos años, los rebeldes hutíes (chiitas), respaldados por Teherán, se enfrentan a las fuerzas progubernamentales ayudadas por una coalición árabe liderada por Riad, que recibe algún apoyo militar de Estados Unidos.
La llegada a la Casa Blanca de Donald Trump, que no cesa de denunciar la "influencia nefasta" de Irán en Oriente Medio, favorece los intereses de Riad.