​Gaza entierra a sus muertos civiles bajo balas de soldados de Israel
​Gaza entierra a sus muertos civiles bajo balas de soldados de Israel

terminó hoy de enterrar a los muertos por fuego israelí en la protesta del viernes, mientras decenas de heridos, 79 en estado grave, son atendidos en deficientes hospitales que no podrán hacer frente a una situación de emergencia sostenida.

La Gran Marcha del Retorno dejó ayer diez muertos y cerca de 500 atendidos por heridos de bala, que se suman a los afectados en la manifestación del día 30, cuando comenzó esta movilización junto a la frontera con .

De estos, gran parte ha recibido el alta y el Ministerio ha informado de 600 ingresos hospitalarios por munición real desde entonces.

En el hospital de Shifa, el principal de Gaza, ayer recibieron en urgencias a más de 200 personas en un intervalo de cuatro horas, la mayoría con hemorragias que necesitaban transfusiones inmediatas, explicó a Efe el enfermero Hussam Al Yasar, que como todo el personal del centro fue movilizado ante la previsión de la protesta.

El Ministerio de Salud palestino advirtió hoy del drástico déficit de sus principales componentes operativos, como medicinas, suministros médicos y personal quirúrgico especializado (cardiovascular y ortopedia).

El doctor Ashraf Abu Mahadi, director general de Cooperación Internacional del Ministerio, mandó una carta en la que solicita a ONG y la comunidad internacional ayuda urgente y práctica para evitar "una grave catástrofe humanitaria y atender la situación calamitosa".

Al Yasar aseguró que no tendrán suficiente suministro en el banco de sangre si cada semana se repite un número de heridos similar.

Además, el hospital de Shifa, en visible estado de deterioro, no ha sido renovado en décadas y cuenta con un equipamiento obsoleto por las restricciones en las mercancías que impone el bloqueo israelí, por lo que sólo tienen un escáner, explicó.

Esta mañana Gaza enterró a cuatro de los diez fallecidos, entre ellos el fotoperiodista Yaser Murtaya, que fue despedido por cientos de personas que acompañaron su cuerpo, envuelto en la bandera palestina y sobre ella el chaleco antibalas con la inscripción de PRENSA que llevaba cuando cubría las protestas.

El Ejército israelí aseguró a Efe que "no dispara intencionadamente a periodistas y están investigando", y que desconoce "las circunstancias en las que supuestamente se hirió a informadores", siete en total durante la jornada de ayer.

La portavocía castrense insistió en que responden "de forma precisa y contenida" y "opera contra la organización terrorista Hamás" -que reivindicó la semana pasada la afiliación de algunos de los fallecidos- y contra "intentos de dispararles explosivos en la valla, lanzamiento de granadas, bombas incendiarias, piedras y pantallas de humo".

Hamás anunció hace dos días que compensaría con 3000 dólares a las familias de "los mártires", como denominan a los que mueren en enfrentamientos con Israel.

Esta mañana también fue enterrado en Nuseirtar el joven de 20 años Ibrahim Ador, envuelto en una sábana blanca y la bandera del partido nacionalista Al Fatah. "No llevaba nada en las manos" cuando recibió un disparo del Ejército, aseguró a Efe su madre Muna.

"Cuando dijeron en las noticias que habían matado a uno de Nuseirat, mi corazón sintió que era Ibrahim. Primero me mintieron y dijeron que recibió un disparo en la pierna y que no era crítico. Los judíos y los colaboradores lo mataron", declaró la madre tras recibir el cuerpo en su casa para despedirlo.

Desde que se inició la Gran Marcha del Retorno han muerto 32 palestinos, tanto en protestas como en incidentes violentos en la valla, y la movilización para reclamar el derecho al retorno de los refugiados palestinos continuará hasta el 15 de mayo.

El pasado viernes 30.000 acudieron a la frontera con Israel, y ayer lo hicieron otros 20.000 en cinco puntos de Gaza, donde se han levantados simbólicos campamentos permanentes y se celebran actividades durante la semana.

A pesar de las denuncias de ONG y peticiones de la ONU por los disparos a manifestantes desarmados para que se abra una investigación, Israel insiste en su "política de defensa" y en que no "permitirá a nadie cruzar la valla, acercarse a ella, ni poner en peligro la seguridad de sus ciudadanos".

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