HRW apoya el plan de Duterte de combatir el VIH con condones en colegios
HRW apoya el plan de Duterte de combatir el VIH con condones en colegios

La organización internacional Human Rights Watch (HRW) respaldó hoy la iniciativa del presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, de repartir preservativos en los centros educativos del país para combatir el VIH, al que se oponen políticos conservadores.
"La educación puede y debe incluir la promoción del uso de preservativos y hacerlos más accesibles a los filipinos jóvenes y sexualmente activos", dijo HRW en un comunicado, en referencia a la orden ejecutiva presentada por Duterte el pasado día 10.
El presidente filipino ha ordenado al Departamento de Educación aplicar un programa de enseñanza sexual "sensible a los temas de género y basado en el derecho" que incluya la promoción de medidas anticonceptivas y el reparto de preservativos en los centros de secundaria y bachillerato.
La medida busca frenar los embarazos no deseados de adolescentes y los contagios de VIH, cuyo número ha pasado de 4 diarios en 2010, a 9 diarios en 2012, a 17 diarios en 2014 y a 26 diarios en 2016.
HRW atribuyó ambos problemas a "las carencias en las políticas gubernamentales incluidas las regulaciones que obstruyen el acceso a los preservativos" y aseguró que quienes tratan de impedir cambios en las leyes actúan "contra la salud pública", en alusión a las críticas que la iniciativa de Duterte ha provocado en sectores religiosos.
La comunidad católica en Filipinas está formada por al menos el 80 por ciento de los 100 millones de habitantes del país, donde los sectores más conservadores de la Iglesia mantienen una fuerte influencia sobre el Gobierno, hasta el punto de que el divorcio es ilegal, y muchos políticos solo aceptan la abstinencia como medida anticonceptiva.
La vicepresidenta del país, Leni Robredo, y el senador Vicente Sotto III se mostraron esta semana en contra de la distribución de condones en las escuelas porque creen que la medida promoverá la promiscuidad entre los estudiantes.
Por su parte, el alcalde de la ciudad de Quezon, Herbert Bautista, adelantó que no permitirá que los preservativos lleguen a los centros educativos de su municipio, el más poblado de Filipinas y el que tiene el mayor número de infecciones de VIH.
La oposición a la iniciativa de Duterte ha generado protestas de ciudadanos y colectivos de apoyo a afectados del VIH, que se han manifestado en la calle para pedir que los estudiantes puedan tener acceso a condones y una mejor educación sexual.

La organización internacional Human Rights Watch (HRW) respaldó hoy la iniciativa del presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, de repartir preservativos en los centros educativos del país para combatir el VIH, al que se oponen políticos conservadores.
"La educación puede y debe incluir la promoción del uso de preservativos y hacerlos más accesibles a los filipinos jóvenes y sexualmente activos", dijo HRW en un comunicado, en referencia a la orden ejecutiva presentada por Duterte el pasado día 10.
El presidente filipino ha ordenado al Departamento de Educación aplicar un programa de enseñanza sexual "sensible a los temas de género y basado en el derecho" que incluya la promoción de medidas anticonceptivas y el reparto de preservativos en los centros de secundaria y bachillerato.
La medida busca frenar los embarazos no deseados de adolescentes y los contagios de VIH, cuyo número ha pasado de 4 diarios en 2010, a 9 diarios en 2012, a 17 diarios en 2014 y a 26 diarios en 2016.
HRW atribuyó ambos problemas a "las carencias en las políticas gubernamentales incluidas las regulaciones que obstruyen el acceso a los preservativos" y aseguró que quienes tratan de impedir cambios en las leyes actúan "contra la salud pública", en alusión a las críticas que la iniciativa de Duterte ha provocado en sectores religiosos.
La comunidad católica en Filipinas está formada por al menos el 80 por ciento de los 100 millones de habitantes del país, donde los sectores más conservadores de la Iglesia mantienen una fuerte influencia sobre el Gobierno, hasta el punto de que el divorcio es ilegal, y muchos políticos solo aceptan la abstinencia como medida anticonceptiva.
La vicepresidenta del país, Leni Robredo, y el senador Vicente Sotto III se mostraron esta semana en contra de la distribución de condones en las escuelas porque creen que la medida promoverá la promiscuidad entre los estudiantes.
Por su parte, el alcalde de la ciudad de Quezon, Herbert Bautista, adelantó que no permitirá que los preservativos lleguen a los centros educativos de su municipio, el más poblado de Filipinas y el que tiene el mayor número de infecciones de VIH.
La oposición a la iniciativa de Duterte ha generado protestas de ciudadanos y colectivos de apoyo a afectados del VIH, que se han manifestado en la calle para pedir que los estudiantes puedan tener acceso a condones y una mejor educación sexual.