Los kurdos de Siria están cada vez más cerca de la autonomía
Los kurdos de Siria están cada vez más cerca de la autonomía

Los kurdos de Siria, despreciados por el régimen de Bashar Al Asad, avanzan lentamente hacia la creación de una región autónoma en la frontera con Turquía aprovechando la guerra y los apoyos circunstanciales de Estados Unidos y Rusia.

Ante la desesperación de las autoridades turcas, las fuerzas kurdas han sabido aprovechar la derrota de los rebeldes, acosados por el régimen, para conquistar varias localidades de esta zona, a tan sólo 20 kilómetros de la frontera con Turquía.

Desde que empezó el conflicto en 2011, los kurdos han aprovechado la retirada del ejército para crear una administración local en la zona que refuerza su proyecto de autonomía.

Según el geógrafo experto en Siria Fabrice Balanche, los kurdos, que han ganado terreno también frente a los yihadistas del Estado Islámico (EI), controlan ahora el 14% del territorio sirio (26.000 km2) frente al 9% en 2012.

Según el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH), controlan el 75% de los 800 kilómetros de frontera entre Siria y Turquía.

Su sueño es unir los tres "cantones" kurdos -Afrin y Kobané, en la provincia de Alepo, y Jaziré, en la provincia de Hasaké- para crear una región autónoma similar a la de los de sus hermanos de Irak.

"El principal objetivo de los kurdos es anexar los cantones (...) quieren una Siria descentralizada en la que su sistema de cantones sirva para todo el país", afirma a la AFP Mutlu Civiroglu, un experto sobre Siria y los Kurdos que trabaja en Washington.

Desde que el gobierno sirio lanzó hace a principios de febrero una ofensiva en la región de Alepo, las fuerzas kurdas, aprovechando los ataques aéreos rusos de apoyo a las fuerzas de Al Asad, lograron romper el cerco del cantón de Afrin que mantenían desde hacia más de un año los rebeldes islamistas y el Frente Al Nosra.

- Ni con el régimen ni con los rebeldes -

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Ahora están preparando otra batalla contra el EI más al este de la provincia de Alepo con el objetivo de unir los cantones de Afrin y Kobané.

Sin embargo los kurdos no apoyan ni al régimen ni a los rebeldes. "Desde el principio siguen lo que llaman la 'tercera vía', ni con el régimen ni con los rebeldes, porque ninguno de los dos reconocen los derechos de los kurdos", explica Civiroglu.

Hasta el punto que los rebeldes acusan a la principal milicia turca (las Unidades de Protección del Pueblo Kurdo, YPG), de favorecer a Asad en ciudades como Tall Rifaat, que conquistaron el lunes de manos rebeldes, o expulsándolos de la base aérea de Minnagh.

"No tenemos nada que ver con la batalla del régimen", asegura sin embargo a la AFP Salah Jamil, un responsable del PYD, el brazo político de las YPG. "Hemos luchado contra Al Nosra y otras facciones que siguen la estrategia turca porque asediaron nuestra región y bombardearon nuestros pueblos", afirma.

"Ahora la prioridad del PYD es aprovechar sus conquistas y crear alianzas regionales e internacionales para convertirse en un actor político indispensable de la nueva Siria", analiza Maria Fantappie, una experta del International Crisis Group.

Muy preocupada por las victorias de los kurdos, Turquía, que apoya a los rebeldes desde hace cinco años, lanzó el sábado ataques de artillería contra posiciones kurdas. Una situación que pone en dificultades a Estados Unidos, que por una parte considera a los kurdos indispensables en su lucha contra el EI pero que al mismo tiempo es un aliado de Turquía, miembro de la OTAN.

En paralelo los kurdos tienen un acuerdo no explícito con Rusia y aprovechan los bombardeos de Moscú contra los rebeldes y los yihadistas que empezaron en setiembre para ganar territorio. 

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