Protagonistas de la "revolución" egipcia: entre la cárcel y el exilio
Protagonistas de la "revolución" egipcia: entre la cárcel y el exilio

Cinco años después del levantamiento popular del 25 de enero que derrocó al entonces presidente egipcio, Hosni Mubarak, los protagonistas de la revolución están encarcelados o en el exilio, como consecuencia de la represión lanzada tras el golpe militar de julio de 2013.
Ahmed Maher, coordinador del Movimiento 6 de Abril, germen de la revolución, cumple una condena de tres años en la prisión cairota de Tora por "manifestarse sin permiso" y "agredir a las fuerzas de seguridad" durante una protesta en 2013.
"Nunca se sintió arrepentido de participar en la revolución" del 25 de enero de 2011, dijo a Efe Mostafa Maher, al recordar cómo su hermano Ahmed estaba siempre en la primera línea de las manifestaciones de 2011.
Su hermano cuenta que Ahmed Maher ya ha cumplido dos tercios de su condena, por lo que, según la ley egipcia, tendría derecho a salir de la cárcel por buena conducta.
"Ellos nunca le pondrán en libertad", declaró Mostafa antes de subrayar que su hermano nunca cambiará de opinión ni dejará de manifestarse para defender las libertades.
Al igual que Maher, destacados activistas que jugaron un papel fundamental en las protestas como Alaa Abdel Fatah y Momahem Adel están ahora encarcelados a pesar de que en su momento se convirtieron para muchos en símbolos de un movimiento político y social en favor de la democracia.
Con la llegada a la presidencia en 2012 de Mohamed Mursi, destacado dirigente de los Hermanos Musulmanes, sus proclamas de libertad se volvieron incómodas para los dirigentes islamistas, como antes lo habían sido para la Junta Militar que gobernó el país hasta la elección de Mursi.
Pero no fue hasta el golpe militar del 3 de julio de 2013, encabezado por el entonces ministro de Defensa y hoy presidente, Abdelfatah al Sisi, cuando estos defensores de los derechos humanos y políticos se convirtieron en declarados enemigos de las nuevas autoridades, que no diferenciaron entre ellos y los partidarios de los Hermanos Musulmanes, organización considerada grupo terrorista desde entonces.
"Después de la detención de mis amigos, como Ahmed Maher, Alaa Abdel Fatah y Mohamed Adel, sentí que era imposible seguir viviendo en Egipto", dijo a Efe desde Londres Abdel Rahman Mansur, fundador junto a Wael Guneim de la página web "Todos somos Jaled Said", que se convirtió en el galvanizador de las protestas de 2011.
Mansur abandonó Egipto en agosto de 2013, tres días después de la masacre de Rabaa al Adauiya, donde las fuerzas de seguridad dispersaron brutalmente una acampada organizada por los partidarios del presidente Mohamed Mursi, que había sido apartado del poder y encarcelado un mes antes.
El activista asegura que, de momento, no piensa volver a Egipto debido a "la injusticia y la represión masiva".
En el exilio, cuenta, no tiene dificultades para reunirse con otros jóvenes revolucionarios, organizarse y plantear propuestas para un futuro mejor del país. Algo que, según confiesa, "es ciertamente mejor de quedarse en Egipto e ir a la cárcel".
Según comentó a Efe el abogado Gamal Eid, director de La Red Árabe para la Información de los Derechos Humanos (RAIDH), el número de presos políticos en las cárceles egipcias supera los 60.000, entre ellos 58 periodistas.
Para Eid, quien califica el ambiente político en el país como "muy hostil", el régimen ha cometido unos "errores catastróficos que afectarán a su futuro y terminarán con su popularidad".
Incluso, muchos de los activistas que apoyaron el golpe militar de Al Sisi, como el bloguero Ahmed Duma, quien también jugó un importante papel en la Revolución del 25 de Enero y en las protestas contra Mursi, han acabado sus días entre rejas.
"Hay una larga historia de enemistad entre las fuerzas de seguridad y mi marido desde la era de Mubarak", dijo a Efe Nurhan Hefzy, la esposa de Duma.
Hefzy agregó que su marido se encuentra en "muy mal estado de salud" y que está ingresado en el hospital de la cárcel porque tiene un "problema en la rodilla".
La esposa de Hefzy denunció que son las fuerzas de seguridad quienes controlan ahora el país y que el presidente Al Sisi dejó la cuestión de los activistas "en sus manos, para que hicieran lo que quisieran".
Pero Hefzy opinó que a pesar de la represión "la revolución continuará porque los millones de personas que salieron a la calle nunca lo olvidarán".
Algo que también comparte desde su exilio londinense Abdel Rahman Mansur, que sostiene que la lucha todavía durará muchos años y que la revolución tiene futuro.
"Lo que es seguro es que algún día volveremos", insistió Mansur.

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