Rinden homenaje en Berlín a José Castellanos, el Schindler latinoamericano
Rinden homenaje en Berlín a José Castellanos, el Schindler latinoamericano

El Gobierno alemán y la comunidad judía de Berlín rindieron un homenaje al diplomático salvadoreño José Arturo Castellanos, considerado como el "Schindler latinoamericano" por haber salvado a miles de judíos de los campos de concentración nazis.

En un acto celebrado en la biblioteca del Ministerio de Exteriores se presentó un documental realizado por los nietos de Castellanos, con testimonios de descendientes de personas salvadas por él, y su figura fue recordada por la embajadora del memorial judío Yad Vashem en Alemania, Sandra Witte.

Uno de los momentos más conmovedores de la película de Alvaro y Boris Castellanos, "The rescue", es cuando la décima hija de José Arturo Castellanos, Yvonne Castellanos, recuerda las dos veces que lo vio llorar en su vida.

La primera vez fue en Ginebra cuando su amigo George Matello le mandó a su sastre para que le hiciera un traje.

Su hija entonces le preguntó que por qué Matella tenía esos detalles con él. "¿Es que te debe la vida?", le interrogó.

"Me dijo que sí y se puso a llorar", recordaba su hija.

La segunda vez que lo vio llorar fue poco antes de su muerte, ocurrida en 1977, cuando rompió en llanto por no haber podido salvar a los judíos polacos.

Matello y su hijo Enrico fueron los primeros judíos salvados por Castellanos, que les había dado la nacionalidad salvadoreña y luego había inventado el cargo de secretario del consulado en Ginebra para que lo ocupase Matello.

A partir de ese momento, en 1941, cuando Castellanos había sido trasladado de Hamburgo (norte de Alemania) a Ginebra, los dos empezaron a otorgar la ciudadanía salvadoreña a judíos que, al tener documentos de un país neutral, podían salvarse la persecución nazi.

"El Talmut dice que cuando alguien salva a una persona salva un mundo", dijo Sandra Witte al recordar el trabajo de Castellanos, realizado a espaldas de su Gobierno y en contra de indicaciones expresas del mismo.

"José Castellanos salvó un mundo y luego dos y luego diez y luego miles. Y si se piensa que las personas que salvó tuvieron hijos y nietos se alcanza a percibir la dimensión de lo que hizo", agregó.

En 2010 el Yad Vashem le otorgó de forma póstuma a Castellanos el título de "Justo entre las naciones", que reciben quienes salvaron a judíos durante el nacionalsocialismo, corriendo riesgos personales y sin recibir nada a cambio.

Un representante de Yad Vashem interrogado en la película dice que la mayoría de los "justos entre las naciones" han recibido el título por haber salvado a unos pocos niños o unas pocas familias.

"Sólo de pocos como José Castellanos o Raoul Wallenberg se puede decir que salvaron a varios miles", agregó ese representante.

Witte, en su discurso, definió a Castellanos como alguien que en tiempos difíciles había encontrado un margen de acción para luchar contra la injusticia.

"Eso ocurrió en tiempos en que muchos decían que no había margen de acción y que no se podía hacer nada. El ejemplo de José Arturo Castellanos muestra que sí se podía hacer algo", declaró.

El encargado del Ministerio de Exteriores alemán para las relaciones con las organizaciones judías, Felix Klein, por su parte, dijo que el caso de Castellanos muestra que lo que muchos alemanes aseguraron después de 1945 -acerca de que no sabían lo que pasaba con los judíos- no puede ser verdad.

"Si un diplomático de un país extranjero se daba cuenta, muchos alemanes también pudieron darse cuenta", dijo.

Al regresar de Europa, Castellanos tuvo que marcharse como exiliado a México por haber escrito contra el totalitarismo en El Salvador y a favor de la democracia y de los derechos de la mujer.

Se asegura que nunca habló mucho de su trabajo de salvador de judíos durante su estancia en Ginebra. Según Sandra Witte, esa actitud reservada es un común denominador entre los "justos entre las naciones".

"Les parece que no hubieran podido actuar de otra forma a como les dictaba su conciencia", dijo. 

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