Rusia e Irán vuelven con fuerza a Oriente Medio y EEUU tiembla
Rusia e Irán vuelven con fuerza a Oriente Medio y EEUU tiembla

Rusia e Irán irrumpieron con fuerza en 2015 en Oriente Medio para recuperar el lugar de la URSS antes de su hundimiento, en el caso de Moscú, y ampliar su influencia frenada por años de sanciones internacionales, para Teherán. Estados Unidos y su socio Israel están por ello preocupados.

Aunque su regreso altera los mapas tras dos décadas de omnipresencia estadounidense, habrá que ver si en 2016 ambos países consiguen imponerse manteniendo en el poder a su aliado Bashar al Asad en Siria o si, en cambio, se atascan en el fango de esta región tan compleja, como hicieron muchos antes que ellos.

"El regreso con fuerza de Irán y de Rusia es patente (...) Buscan ocupar una plaza vacante desde el repliegue estadounidense", explica Karim Bitar, director de investigación del Instituto Francés de Relaciones Internacionales.

El intervencionismo de ambos países se centra en Siria, donde Rusia, en nombre de la lucha contra el grupo Estado Islámico (EI), lleva a cabo bombardeos aéreos desde el 30 de septiembre contra un mosaico de grupos hostiles al régimen de Asad, desde moderados hasta islamistas, pasando por los yihadistas del Frente al Nosra.

Por su parte, Irán interviene activamente en el terreno. Según testigos, unidades de élite de los Guardianes de la Revolución iraníes, junto al Hezbolá libanés, se encuentran en primera línea de los combates y han logrado expulsar a los rebeldes en varios lugares.

Con el final de la URSS en 1991, Moscú perdió su influencia en una región donde había invertido mucho. La naciente Rusia asistió impotente en 1994 al final de la República Democrática de Yemen (Yemen del sur, prosoviético) a manos del norte, apoyado por Arabia Saudita.

Rusia tampoco pudo oponerse ni a la invasión estadounidense de Irak y la caída de su aliado Sadam Husein en 2003, ni a la muerte en octubre del dirigente libio Muamar Gadafi durante una intervención occidental y árabe, tras el visto bueno de una resolución de Naciones Unidas. Moscú se abstuvo entonces.

"Los occidentales nos engañaron y nunca les perdonaremos el uso unilateral de la resolución de la ONU para apoderarse de Libia. Jamás les permitiremos hacerse con Siria", afirmó entonces a la AFP un diplomático ruso de alto rango en Damasco.

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