​Trump y Estados Unidos negocian y ceden ante el terrorismo talibán
​Trump y Estados Unidos negocian y ceden ante el terrorismo talibán

El reciente diálogo entre los y el representante especial de Estados Unidos para los esfuerzos de Paz, Zalmay Khalilzad, ha reavivado las esperanzas para un fin negociado al conflicto afgano, con el espaldarazo adicional del anuncio de la retirada de 7.000 efectivos estadounidenses.

En los últimos dos meses, EE.UU. y representantes de la oficina política de los talibanes en Catar mantuvieron tres rondas de diálogo, la última de ellas esta semana en Emiratos Árabes Unidos (EAU), donde los insurgentes insistieron en pedir la retirada de las tropas internacionales.

Como si les hubiese escuchado, el jueves se supo que el presidente de EE.UU., Donald Trump, planea retirar de Afganistán a unos 7.000 militares, la mitad de los 14.000 que tiene desplegados, un anuncio que llega un día después de que la Casa Blanca confirmase que ha empezado el repliegue de sus 2.000 militares en Siria.

Para el analista político Muhammad Natiqi, el plan de Trump parece una "señal verde" para empujar a los talibanes a un acuerdo de paz, aunque también existe la posibilidad de que los insurgentes se lo tomen como una muestra de "debilidad" por parte de Washington y se empeñen en continuar la disputa en el frente de guerra.

"Deben estar seguros de que no pueden y nunca ganarán militarmente", afirmó el experto a Efe.

Aunque la reunión en EAU concluyó sin ninguna decisión y con la promesa de verse de nuevo tras consultar con sus líderes, y los talibanes se negaron a sentarse directamente a la mesa con el Gobierno de Kabul, Natiqi se muestra convencido de que esta vez todas las partes son "serias" sobre un proceso de paz.

"Ahora las partes del conflicto e incluso los países vecinos y regionales han llegado a la conclusión de que la guerra no es la solución última", sentenció el experto, parte de la delegación afgana que en 2015 se reunió por primera y última vez con los talibanes en Pakistán.

Aquel proceso quedó suspendido días más tarde al conocerse la muerte del fundador del movimiento insurgente, el mulá Omar, dos años antes.

"El proceso para la paz nunca ha sido tan serio y viable en el pasado como lo es ahora", concluyó Natiqi, convencido de que las partes están "cansadas" tras 17 años de guerra, la más larga en la historia de EE.UU.

Tras los encuentros en EAU, el representante especial de Estados Unidos para los esfuerzos de Paz calificó de "error" la negativa talibana a conversar con la delegación afgana que viajó hasta el país del Golfo con la esperanza de poder encontrarse con ellos.

No obstante, el analista experto en talibanes Nazar Muhammad Mutmaeen no ve preocupante sus continuos rechazos a reunirse con Kabul.

En declaraciones a Efe, argumentó que una vez Estados Unidos y los insurgentes lleguen a un acuerdo sobre la retirada de las tropas extranjeras, los del mulá Haibatullah no tendrán más remedio que optar por un diálogo "intra-afgano".

"Los talibanes nunca rechazaron conversaciones intra-afganas, pero primero quieren llegar a un acuerdo sobre la retirada de las fuerzas internacionales", dijo Mutmaeen.

Y, de hecho, cree que la retirada de 7.000 soldados no es más que un "buen presagio" en este sentido.

Con la retirada de la mitad del contingente estadounidense, la responsabilidad de los talibanes es cada vez más fuerte y deberán negociar para formar un gobierno incluyente, necesario para evitar un escenario como el de los 90, cuando se produjo una cruenta guerra civil entre señores de la guerra tras la retirada soviética.

Según el analista, aún en el caso de firmar un pacto de paz, los insurgentes no se unirían al actual Gobierno sino que trabajarían para formar un ejecutivo abierto que sea aceptable para todos los afganos.

Tampoco cree que los de Haibatullah vayan a presionar para "destruir" todos los logros alcanzados en los últimos 17 años, si no que tratarán de imponer algunas "reformas".

Menos optimista, el también analista político Safiullah Mullakhil recordó a Efe que el proceso todavía está en su fase inicial y que hará falta mucho tiempo para lograr una paz duradera en Afganistán.

"Detrás del telón tenemos a Pakistán, Irán y Rusia, que pueden tratar de interrumpir el actual proceso de paz para sus propios intereses y esto necesita mucho tiempo para lograr un consenso entre todas las partes del conflicto, los países regionales y mundiales", concluyó.

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