Sallie Sellers , una mujer de 79 años, decidió escapar del asilo en el que estaba, en Londres, para hacer lo que siempre quiso: tener un tatuaje en el brazo. Su historia rápidamente ha cautivado a muchos en las redes sociales y se volvió viral.
Harta de la rutina del hogar para el cuidado de los ancianos decidió escapar. Dejó los prejuicios y cumplió con su sueño. Se tatuó un corazón morado, símbolo de valentía, en el brazo izquierdo.
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La anciana se escapó de la residencia de ancianos al mediodía cuando todos estaban ocupados con la comida. Pero Sallie tenía una cómplice, su nieta Samantha de 22 años, quien la llevó al Studio 76, para hacerse el tatuaje.
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Para mala suerte de ambas, el padre de la joven, Tony Sellers, fue a visitar a su madre a la residencia geriátrica, cuando llegó no la encontró en su dormitorio y su silla de ruedas estaba vacía. El hombre se asustó y empezó con la búsqueda de su anciana madre.
Según Sallie Sellers no sintió ningún dolor y afirmó que esos 5 minutos la hicieron "sentir más viva que nunca".