Animales: seres humanos los empujan a dejar casa y ser infieles
Animales: seres humanos los empujan a dejar casa y ser infieles

El desarrollo urbanístico obliga a muchas aves a abandonar su territorio en busca de otro emplazamiento y las empuja a dejar a su pareja "pese a que sea la adecuada", con las correspondientes consecuencias sobre su éxito reproductor.
Un estudio publicado en la revista PLoS ONE y divulgado hoy por SEO/BirdLife ha analizado el impacto del desarrollo urbanístico en las comunidades de aves cantoras que viven en las afueras de los núcleos urbanos.
El trabajo, liderado por científicos de la Escuela de Medio Ambiente y Ciencias Forestales de la Universidad de Washington, señala que estas aves responden de manera "antinatural" al avance de las ciudades, con el abandono de su territorio y de sus parejas.
El estudio, que ha hecho el seguimiento de seis especies de aves comunes durante diez años, alerta además de que si el desplazamiento se produce en temporada de cría, los ejemplares llegan a perder la oportunidad de reproducirse ese año y pueden tardar al menos otro en lograrlo de nuevo.
Añade que volver a encontrar una pareja apropiada o hacerse con un territorio de calidad en el que sacar adelante a las crías "es una dura tarea que puede traducirse en que el ave pierda hasta la mitad de sus años de reproducción".
Los científicos han bautizado a este grupo de aves que rechazan la expansión urbanística como esquivas (del inglés avoiders), y en él se incluyen especies cantoras como el chochín del Pacífico o el zorzalito de Swanson, muy sensibles a la presencia humana, que puede implicar la pérdida de territorio y la fragmentación de su hábitat.
El estudio identificó sin embargo otra categoría de aves a las que denomina adaptables (del inglés adapters o exploiters) que sí toleran los cambios de modelo urbanístico, son capaces de convivir con los humanos e incluso son cada vez más habituales en las grandes urbes, como el gorrión melódico de América del Norte.
La investigación concluye que los desarrollos urbanísticos sin una planificación previa pueden tener consecuencias sobre la fauna y en concreto sobre las poblaciones de aves que viven en las inmediaciones de las ciudades.
En este sentido, Nicolás López, biólogo de SEO/BirdLife, señala que la expansión urbanística "debe ir siempre de la mano de una evaluación previa de impacto ambiental que tenga en cuenta estos factores" que afectan a los animales.
"De esta manera -añade- estaremos conservando y protegiendo no solo a las especies adaptables, sino también a las esquivas, ya que todas, sin excepción, forman parte de nuestro patrimonio natural".Madrid, 13 ene (EFE)

El desarrollo urbanístico obliga a muchas aves a abandonar su territorio en busca de otro emplazamiento y las empuja a dejar a su pareja "pese a que sea la adecuada", con las correspondientes consecuencias sobre su éxito reproductor.
Un estudio publicado en la revista PLoS ONE y divulgado hoy por SEO/BirdLife ha analizado el impacto del desarrollo urbanístico en las comunidades de aves cantoras que viven en las afueras de los núcleos urbanos.
El trabajo, liderado por científicos de la Escuela de Medio Ambiente y Ciencias Forestales de la Universidad de Washington, señala que estas aves responden de manera "antinatural" al avance de las ciudades, con el abandono de su territorio y de sus parejas.
El estudio, que ha hecho el seguimiento de seis especies de aves comunes durante diez años, alerta además de que si el desplazamiento se produce en temporada de cría, los ejemplares llegan a perder la oportunidad de reproducirse ese año y pueden tardar al menos otro en lograrlo de nuevo.
Añade que volver a encontrar una pareja apropiada o hacerse con un territorio de calidad en el que sacar adelante a las crías "es una dura tarea que puede traducirse en que el ave pierda hasta la mitad de sus años de reproducción".
Los científicos han bautizado a este grupo de aves que rechazan la expansión urbanística como esquivas (del inglés avoiders), y en él se incluyen especies cantoras como el chochín del Pacífico o el zorzalito de Swanson, muy sensibles a la presencia humana, que puede implicar la pérdida de territorio y la fragmentación de su hábitat.
El estudio identificó sin embargo otra categoría de aves a las que denomina adaptables (del inglés adapters o exploiters) que sí toleran los cambios de modelo urbanístico, son capaces de convivir con los humanos e incluso son cada vez más habituales en las grandes urbes, como el gorrión melódico de América del Norte.
La investigación concluye que los desarrollos urbanísticos sin una planificación previa pueden tener consecuencias sobre la fauna y en concreto sobre las poblaciones de aves que viven en las inmediaciones de las ciudades.
En este sentido, Nicolás López, biólogo de SEO/BirdLife, señala que la expansión urbanística "debe ir siempre de la mano de una evaluación previa de impacto ambiental que tenga en cuenta estos factores" que afectan a los animales.
"De esta manera -añade- estaremos conservando y protegiendo no solo a las especies adaptables, sino también a las esquivas, ya que todas, sin excepción, forman parte de nuestro patrimonio natural".Madrid, 13 ene (EFE)

El desarrollo urbanístico obliga a muchas aves a abandonar su territorio en busca de otro emplazamiento y las empuja a dejar a su pareja "pese a que sea la adecuada", con las correspondientes consecuencias sobre su éxito reproductor.
Un estudio publicado en la revista PLoS ONE y divulgado hoy por SEO/BirdLife ha analizado el impacto del desarrollo urbanístico en las comunidades de aves cantoras que viven en las afueras de los núcleos urbanos.
El trabajo, liderado por científicos de la Escuela de Medio Ambiente y Ciencias Forestales de la Universidad de Washington, señala que estas aves responden de manera "antinatural" al avance de las ciudades, con el abandono de su territorio y de sus parejas.
El estudio, que ha hecho el seguimiento de seis especies de aves comunes durante diez años, alerta además de que si el desplazamiento se produce en temporada de cría, los ejemplares llegan a perder la oportunidad de reproducirse ese año y pueden tardar al menos otro en lograrlo de nuevo.
Añade que volver a encontrar una pareja apropiada o hacerse con un territorio de calidad en el que sacar adelante a las crías "es una dura tarea que puede traducirse en que el ave pierda hasta la mitad de sus años de reproducción".
Los científicos han bautizado a este grupo de aves que rechazan la expansión urbanística como esquivas (del inglés avoiders), y en él se incluyen especies cantoras como el chochín del Pacífico o el zorzalito de Swanson, muy sensibles a la presencia humana, que puede implicar la pérdida de territorio y la fragmentación de su hábitat.
El estudio identificó sin embargo otra categoría de aves a las que denomina adaptables (del inglés adapters o exploiters) que sí toleran los cambios de modelo urbanístico, son capaces de convivir con los humanos e incluso son cada vez más habituales en las grandes urbes, como el gorrión melódico de América del Norte.
La investigación concluye que los desarrollos urbanísticos sin una planificación previa pueden tener consecuencias sobre la fauna y en concreto sobre las poblaciones de aves que viven en las inmediaciones de las ciudades.
En este sentido, Nicolás López, biólogo de SEO/BirdLife, señala que la expansión urbanística "debe ir siempre de la mano de una evaluación previa de impacto ambiental que tenga en cuenta estos factores" que afectan a los animales.
"De esta manera -añade- estaremos conservando y protegiendo no solo a las especies adaptables, sino también a las esquivas, ya que todas, sin excepción, forman parte de nuestro patrimonio natural".Madrid, 13 ene (EFE)

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