La historia de Big Boy pretende llevarse a la pantalla grande a través de un documental. Su rescate del cautiverio es el inicio de un proceso de recuperación de más animales que se encuentran en espacios no adecuados para desenvolverse o en peligro de extinción.
La historia de Big Boy pretende llevarse a la pantalla grande a través de un documental. Su rescate del cautiverio es el inicio de un proceso de recuperación de más animales que se encuentran en espacios no adecuados para desenvolverse o en peligro de extinción.

El sufrimiento animal es inaceptable, pero rescatar a animales de los circos no es todo, ya que las historias de estos seres sintientes es difícil hasta que sean reincorporados a su hábitat natura, como ha sucedido felizmente con el elefante Big Boy tras tres décadas de cautiverio.

Big Boy es un elefante de origen asiático que pasó gran parte de su vida dedicado al mundo del entretenimiento, paquidermo que por fin está en libertad en el santuario de elefantes más grande de México, en donde cuenta con el espacio suficiente para desplazarle, se le alimenta y se le brinda la atención veterinaria que requiere.

Durante más de tres décadas, Big Boy fue utilizado por una familia circense para entretener al público recorriendo todos los rincones del país en circos, pero el pasado 19 de julio de 2021 su historia cambió para siempre al llegar a su nuevo hogar en el que puede caminar sin enormes cadenas que lo aten a una carpa de circo, en caso de maltrato animal.

La gestión para la recuperación y el traslado de Big Boy se realizó en conjunto por el activista ambientalista Arturo Islas Allende, el empresario Jorge Cueva y el presidente de la Asociación de Zoológicos, Criaderos y Acuarios de México (Azcarm), Ernesto Zazueta, quienes sumaron esfuerzos para brindarle un hogar digno, ya no un circo.

El grupo de activistas y empresarios lo salvaron del abandono en el que se encontraba desde hace seis años en la ciudad de Guadalajara, Jalisco. Se coordinaron durante varios meses para rescatar a este ejemplar de la especie asiática que se encuentra catalogada en peligro de extinción y poder brindarle una segunda oportunidad.

Big Boy permaneció más de 30 años de su vida recorriendo el país y entreteniendo al público con su espectáculo. Sin embargo, luego de que las leyes mexicanas prohibieron el uso de animales en los circos en 2015, el paquidermo fue encadenado y abandonado porque sus dueños no tenían dinero para costear su alimentación y mantenimiento.

En abril de 2021 el elefante fue liberado por especialistas de la Asociación de Zoológicos, Criaderos y Acuarios de México (Azcarm), quienes estuvieron a cargo de la revisión médica, la operación técnica y la movilización de Big Boy para ser trasladado de manera segura hacia su nuevo hogar

Big Boy recorrió más de 700 kilómetros por carretera hasta llegar al Zoológico de Culiacán, Sinaloa en donde permaneció un tiempo para ser monitoreado y recibir la atención médica necesaria. Tres meses después, fue trasladado a un santuario construido especialmente para albergarlo y dio sus primeros pasos en libertad frente a la prensa nacional e internacional.


Tendría unos 40 años

El paquidermo de aproximadamente 40 años de edad, un peso de tres toneladas y una altura de cinco metros, fue rescatado de un circo en Jalisco y trasladado al santuario de elefantes más grande de México, ubicado en La Campana, Sinaloa, llamado Ostok Animal Protection and Sanctuary, donde

goza de un espacio de 22 hectáreas para desplazarse.

“Durante treinta años de su vida viajó de pueblo en pueblo, dando funciones y el elefante se ha adaptó a esas condiciones tan complicadas. Es un santuario donde Big Boy no es una mascota, es un embajador. Estará mejor aquí que en cualquier circo, ya no se subirá a un tráiler para viajar 17 horas en la carretera y llegar a dar un show. Queremos que sea feliz lo que le queda de vida”, puntualizó Arturo Islas Allende.