Una mujer llamada Gemma Birch pasaba sus vacaciones en la ciudad de Albufeira, Portugal en julio del 2014 encontró una gata callejera y decidió adoptarla. Le puso el nombre de 'Catarina'.
"La dejamos entrar en nuestra habitación porque nos seguía a todos lados. La acaricié y le di leche", comentó Birch a DailyMail en una reciente entrevista.
Sin embargo, no todo fue felicidad y en el últmo día de sus vacaciones, Gemma Birch empezó a vomitar y se desmayó en el vuelo regreso a casa. Nunca imaginó que un tierno gatito podía causarle parálisis.
Ni bien aterrizó fue a un hospital en donde le diagnosticaron una intoxicación de alimentos, probablemente por comer pollo crudo. Todo le pareció muy raro ya que ella no come carnes y su dieta se basa en pescados y vegetales.
Es por eso que el doctor le preguntó si tuvo contacto con algún animal y ella respondió que había adoptado a 'Catarina', una gata callejera. Entonces, le dijeron que lo más probable es que la infección se produjo a que el felino pudiera haberle contagiado una bacteria cuando rebuscaba en la basura.
Proceso de curación
Aunque fue dada de alta tras el diagnóstico inicial, Gemma Birch empezó a sentir entumecimiento en las piernas y es finalmente cuando le diagnosticaron la verdadera enfermedad que tenía: el síndrome de Guillain-Barre. Esto causa un trastorno neurológicosistema la cual el sistema inmunológico ataca al sistema nervioso.Quedó postrada en silla de ruedas y un total de 14 meses empleó para su recuperación con ejercicios de rehabilitación. Hoy en día puede caminar normalmente.
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