Un fiel gato insistió quedarse acompañando a su dueña quien picaba cebollas, pero el curioso felino se quedó sin medir las consecuencias.
El gato queda mirando a su dueña y también cómo la cebolla es cortada con el cuchillo, pero poco a poco siente un malestar en los ojos que se le llena de lágrimas. Sin embargo, el felino persiste en quedarse.
De esta manera, la curiosidad del gato hizo que sufriera con las sustancias químicas de la cebolla que lo puso a llorar, pero aprendió una lección.
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