La Iglesia Católica italiana está a favor de la cremación de los muertos, pero no de que sus cenizas se conserven en urnas en las casas o sean esparcidas al viento, al considerar que así se pierde el recuerdo de los fallecidos. La Conferencia Episcopal Italiana (CEI) se dispone a aprobar en su reunión en Asís, el próximo 9 de noviembre, un código de cómo comportarse en los ritos fúnebres.
Los obispos no se oponen a la incineración, aprobada en 1963 por el papa Pablo VI, ya que esa práctica no contradice la doctrina de la Iglesia sobre la resurrección, pues no toca el alma. No obstante, dicen que si se mantiene las cenizas en casa se acabará con el rito de acompañar al difunto hasta el camposanto que une a la comunidad de los creyentes.