“Los vacunados tienen que cumplir con las medidas de prevención, sobre todo al interior de los hogares, para evitar el contagio de los que no han sido beneficiados con los inmunógenos”, dijo el primer ministro de Cuba Manuel Marrero, intentando justificar así el alto contagio de COVID-19 entre la población que ya recibió las tres dosis de las vacunas cubanas.

Es que el 72% de los ciudadanos que dieron positivo al coronavirus en los últimos días se infectó luego de recibir las tres dosis de las fármacos producidos en la isla. De todos los vacunados con las tres dosis, el 42% se contagió pasados 15 días de la última inyección, es decir, con el ciclo de inmunización cumplido.

confirmó el viernes 8,886 nuevos casos de COVID-19, que suman 439,899 desde el comienzo de la pandemia en marzo del año pasado.

Además, 75 personas fallecieron el viernes por complicaciones derivadas de la enfermedad, por lo que el total de muertes hasta el momento ascendió 3.259, según el Minsap.

Pandemia hace estragos en Cuba, país bajo un régimen comunista

Con una población de 11,2 millones de habitantes, Cuba mantiene una de las tasas de incidencia de la enfermedad más altas del continente con 1169 casos por cada 100,000 habitantes.

Tres provincias, de las 15 del país, superaron el millar de contagios en las últimas 24 horas: La Habana (1.537) y las centrales Cienfuegos (1.499) y Ciego de Ávila (1.050).

En las zonas de riesgo está en marcha un estudio de intervención sanitaria con Abdala y el candidato Soberana 02, las dos fórmulas más avanzadas de las cinco desarrolladas por Cuba contra el coronavirus. Más de cuatro millones de cubanos han recibido al menos una dosis de los preparados.

El país no ha comprado vacunas en el mercado internacional, ni integra el mecanismo Covax de la Organización Mundial de la Salud (OMS) creado para que los países de ingresos medios y bajos accedan a las mismas.