Perros afinan olfato contra COVID-19 para detectar al toque a infectados │FOTOS

El olfato fino de quince perros de razas golden retriever y pastor alemán y belga, de entre ocho meses y tres años de edad, se viene entrenando para detectar el coronavirus, mejor que las pruebas moleculares y más rápido.

Los perros se entrenan rastreando pequeñas bolas de algodón impregnadas del sudor de las axilas de contagiados que están en una Unidad de Cuidados Intensivos (UCI). En otras naciones se utilizan aromas artificiales similares a los del sudor de un enfermo de coronavirus.

Junto a su guía, el cabo Elvis Burgos, de la Fuerza Aérea, Thor -un perro pastor belga de ocho meses de edad- adquiere destrezas para reconocer al coronavirus. A la fecha, el COVID-19 deja en el mundo unos 180 millones de casos y cuatro millones de fallecidos.

“El perro nunca se equivoca. Cuando identifica un aroma, nunca falla”, indica Burgos mientras acaricia a Thor, que sentado lo mira fijamente.

Dirigidas por especialistas caninos franceses, las clases se desarrollan en el área de bodegas del estatal Hospital Pablo Arturo Suárez (HPAS), ubicado en el norte de Quito y designado “centinela” para la lucha contra el coronavirus desde que la presencia del COVID-19 fue declarada en el país en febrero de 2020.

El programa “lo tenemos en Francia, Líbano, Bélgica, Suecia y Emiratos Árabes. Queremos compartir estos conocimientos en Ecuador” contra el coronavirus, expresa a la AFP el comandante Phillipe Sallenave, de la Protección Civil para América del Sur de los Bomberos franceses.

Por el acertado olfato de los perros, la estrategia permitirá la identificación de portadores del coronavirus más rápido que los test para evitar secuencias de propagación.

“El objetivo es que puedan reconocer la presencia del coronavirus sobre todo en pacientes asintomáticos y en sitios de concentración masiva”, indica a la AFP Denis Maigua, director de Operaciones del Servicio de Gestión de Riesgos (Defensa Civil) de Ecuador.

“El principio es el mismo: todo se hace sobre la base del juego y recompensa hacia el can”, señala Sallenave.

Agrega que “es el guía el que descifra las señales de su can. Sabe cuándo encontró algo. Se sientan, ladran, acuestan o mueven orejas”.

Gaya, una golden que le gusta morder pelotas de tenis, entra al aula para poner a prueba su agudeza en la detección del coronavirus.

Su guía, el bombero Aníbal Donoso, le motiva a que huela a través de la parte ancha de tres conos unidos a cajas metálicas colocadas a 50 centímetros de alto, una de las cuales contiene la muestra real de sudor de un contagiado.

“Salvamos vidas y poder identificar enfermos de covid sería maravilloso”, dice Donoso.

“La siguiente fase de este proyecto experimental es colocar a los binomios (perro-hombre) en las áreas de triaje”, señala a la AFP Rubén Moromenacho, coordinador de Riesgos del sanatorio.