El fundador de la red de clínicas oftalmológicas rusas Ómicron, Alexandr Padar, quiere prohibir que la Organización Mundial de la Salud (OMS) use ese nombre para designar a la nueva variante del coronavirus, informó este jueves la emisora rusa Govorit Moskva.

“Ese nombre es una marca registrada (...), su asociación con la nueva variante de la COVID-19 daña nuestra reputación empresarial”, aseguró Padar.

Si alguien muere de ómicron, “a duras penas sus familiares o amigos querrían ir a una clínica con ese nombre”, expresó.

Podrían demandar a la OMS

El primer centro Ómicron fue abierto en la ciudad siberiana de Novokuznetsk en 2015. En la actualidad la clínica rusa cuenta con once filiales.

La variante ómicron, también identificada como B.1.1.529, fue notificada por Sudáfrica y calificada de “preocupante” por la OMS en noviembre.