Putin rechaza advertencias sobre el costo económico y político paralizante, y la invasión de Rusia a Ucrania sigue a sangre y fuego.
Putin rechaza advertencias sobre el costo económico y político paralizante, y la invasión de Rusia a Ucrania sigue a sangre y fuego.

A poco de cumplirse este 24 de abril dos meses después del inicio de la invasión rusa de Ucrania, las pérdidas militares van en aumento y Rusia se enfrenta a un aislamiento internacional sin precedentes, mientras los expertos en el Kremlin se preocupan por el elevado número de muertos, que va en aumento, y el “error catastrófico” de una invasión que hará “retroceder al país durante años”.

Un pequeño pero creciente número de altos funcionarios del Kremlin cuestionan en silencio su decisión de ir a la guerra. Las filas de los críticos en la cúspide del poder siguen siendo limitadas, repartidas en puestos de alto nivel en el gobierno y empresas estatales. Creen que que hará retroceder al país durante años, han asegurado bajo condición de anonimato.

Por ahora, estas mismas fuentes críticas no creen que el presidente ruso Vladímir Putin cambie de rumbo y no creen que nadie del entorno le desafíe. Cada vez más dependiente de un círculo cada vez más reducido de asesores de línea dura, Putin ha rechazado los intentos de otros funcionarios de advertirle sobre el costo económico y político paralizante, dijeron.


Economía rusa

La economía rusa se desplomará un 8,5 % en 2022 y un 2,3 % un año después como consecuencia directa de la invasión de Ucrania, según los pronósticos dados a conocer este martes por el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Si bien a principios de año el FMI pronosticaba para Rusia un crecimiento del 2,8 % del PBI, casi dos meses después del inicio de la guerra en Ucrania la institución financiera internacional ha rebajado en más de 11 puntos esa previsión.


Japón a la “guerra”

El Gobierno de Japón ha revocado formalmente el estatus comercial de “nación más favorecida” de Rusia como respuesta a la invasión de Ucrania, iniciada el pasado 24 de febrero por orden del presidente ruso Vladímir Putin.

Este es el último movimiento de Japón contra Moscú, que ya formaba parte de una lista de medidas punitivas contra Rusia que el primer ministro nipón Fumio Kishida anunció el mes pasado, entre las que también había la expulsión de ocho diplomáticos y funcionarios comerciales rusos, además de otras medidas económicas previas.

Se espera que la revocación del estatus comercial de Rusia por parte del Parlamento de Japón, combinada con otras sanciones impuestas colectivamente por otros países, intensifique la presión sobre Rusia, si bien también podrían provocar represalias por parte de Moscú.


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