Perdedor Donald Trump tenía decreto en mano para apoderarse de máquinas de votación, según dicen.
Perdedor Donald Trump tenía decreto en mano para apoderarse de máquinas de votación, según dicen.

En su afán de atornillarse a la Casa Blanca, a pesar de perder los comicios, un mes después de la derrota presidencial de Donald Trump en 2020, un borrador de decreto que no llegó a firmarse ordenaba al Pentágono incautar las máquinas de votación en todo Estados Unidos.

El texto, publicado por los Archivos Nacionales y obtenido por el medio informativo Político, destaca las medidas que Trump pudo haber estado dispuesto a tomar para aferrarse al poder tras el triunfo de Joe Biden, quien le ganó en las urnas.

Con fecha 16 de diciembre de 2020, el decreto también dispuso la designación de un abogado especial para presentar denuncias por cualquier denuncia de fraude derivada de las incautaciones.

“Con vigencia inmediata, el secretario de Defensa incautará, recopilará, retendrá y analizará todas las máquinas, equipos, información almacenada electrónicamente y registros materiales”, dice el borrador de tres páginas de la Casa Blanca.

Para justificar este proyecto de decreto, el documento enumera una serie de teorías conspirativas -reiteradamente negadas- sobre el hecho de que las máquinas electorales habrían sido pirateadas. No se sabe por quién fue escrito.


Documentos reveladores

El texto es uno de los más de 750 documentos entregados al comité especial de la Cámara de Representantes que investiga el ataque al Capitolio del 6 de enero de 2021, después de que la Corte Suprema rechazara la apelación del exmandatario para bloquear su divulgación.

Este comité, compuesto principalmente por legisladores demócratas, busca establecer la responsabilidad de Trump y su entorno en el asalto a la sede del Congreso para impedir la certificación del triunfo de Biden.

Entre los que están en la mira de los investigadores está la abogada Sidney Powell, quien dijo a periodistas que las elecciones habían sido objeto de “dinero comunista a través de Venezuela, Cuba y probablemente China”.

Powell y el exalcalde de Nueva York Rudy Giuliani intentaron sin éxito que los tribunales desestimaran los resultados electorales en estados clave en las semanas posteriores a la derrota de Trump en noviembre de 2020.

El expresidente y sus aliados pasaron meses insistiendo en falsas denuncias de fraude generalizado, a pesar de que miembros de su propio gobierno afirmaron que fue la votación más segura en la historia de Estados Unidos. Las afirmaciones también fueron rechazadas por el fiscal general designado por Trump, Bill Barr.

Un año después de dejar oficialmente el poder, Trump sostiene que le “robaron” las elecciones de 2020. No se resigna a aceptar su derrota.

Según las encuestas de opinión, más de la mitad de los votantes republicanos están de acuerdo con él. Es decir, muchos creen en el “fraude” que nunca existió, aunque se hizo propaganda a favor de la derecha en Estados Unidos.


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