“Me agaché y agarré el sapo de caña y no podía creer lo grande y pesado que era”, dijo la guardaparques Kylee Gray al narrar cómo encontró el anfibio la semana pasada.

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El anfibio fue retirado y luego se le practicó la eutanasia.

Los sapos de caña fueron llevados a Queensland en 1935 para ayudar a controlar una plaga de escarabajos, pero tuvo consecuencias devastadoras para otras especies.

El sapo gigante de 2,7 kilos, casi el peso de un bebé recién nacido, podría romper récord como el ejemplar más pesado encontrado, según el Departamento de Medio Ambiente y Ciencias de Queensland en un comunicado.