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Cuando el niño empieza a llorar, las saben que es momento de darle pecho, al margen de dónde se encuentren. Por lo menos durante los primeros meses es normal que los se alimenten cada dos horas y si bien es cierto, para la madre nunca es cómodo hacerlo en público, el del bebé no puede esperar. 

Aunque la lactancia es un acto natural entre madre e hijo, a algunas personas todavía les disgusta verlo y llegan incluso a pedirle a las madres que busquen un baño o se cubran. Cuando sientas que alguien vulnera tu derecho a dar de lactar o te sientas algo insegura al respecto, recuerda que:

1. Es lo correcto y es saludable. Unicef y la Organización Mundial de la Salud coinciden en señalar que la leche materna es el único alimento que el niño o niña necesita para los primeros 6 meses de vida y es su primera inmunización. Ningún biberón reemplaza el pecho materno.

2. No es motivo de vergüenza. Piensa que en diversos lugares hacer topless en las playas o llevar escotes muy pronunciados es habitual y nadie se escandaliza por ello. Así es que, nadie debería sentirse incómodo por el hecho de que amamantes a tu bebé.

3. Resistirse no es una opción. La alimentación frecuente estimula la producción de nueva leche. Cuando las glándulas mamarias no se vacían, además de aumentar el dolor para la madre (con riesgo de mastitis), la cantidad de leche tiende a disminuir en las siguientes tomas.

4. Es natural. Todos los mamíferos se alimentan de leche materna para completar su desarrollo. Las glándulas mamarias tienen como principal función la lactancia y la imagen sexualizada de los pechos es solo una convención social. Cuando tu bebé tenga que comer, no necesita ni debería estar debajo de una manta.

5. No estás sola. Varias asociaciones prolactancia materna están haciendo sonar sus voces en todo el mundo por cambiar las percepciones sociales que sexualizan la lactancia. Anima tú también a otras madres para que nadie tenga que esconderse al amamantar.

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