5 motivos para no pegarle a tu hijo

Inculcar disciplina en los hijos para que se conviertan en hombres de bien, es una necesidad. Sin embargo, esto no significa agredirlos físicamente para corregirlos, pues lejos de hacerles un bien se genera un perjuicio que lo acompañará hasta su vida adulta., pues el castigo físico hace daño no solo ellos, sino también a los padres y a la familia.

Enseña que pegar está bien
Dar un azote a un niño le enseña que pegar está bien y que es una forma de resolver un conflicto, cuando no es justificable utilizar la fuerza para resolver un problema.

Les enseña a ser víctimas
Se cree que la agresión hace más fuertes a las personas que la sufren y 'les prepara mejor para la vida', pero esto no es cierto pues los hace más proclives a convertirse repetidamente en víctimas.

Perjudica el desarrollo cognitivo
Interfiere en sus procesos de aprendizaje y en el desarrollo de su inteligencia, sus sentidos y su emotividad. Experimentar dolor no enseña a los niños a desarrollar su conciencia.

Daña el vínculo paternal
Crea un obstáculo, un impedimento en la comunicación entre padres e hijos. No enseña a los niños a respetar a los padres, sino a temerlos, dañando así los vínculos emocionales entre ambos.

Genera problemas de socialización
Daña la autoestima de los niños. Asimismo, pueden presentar dificultades para integrarse socialmente, es decir, para hacer amigos y jugar con los demás niños.