Para ser claros: no existe ningún alimento que pueda prevenir el cáncer, tampoco hay ningún alimento que lo provoque. Sin embargo, una dieta y un estilo de vida saludables pueden contribuir en gran medida a reducir el riesgo de padecer algunos de los cánceres más frecuentes, de acuerdo con especialistas de Cleveland Clinic.
A nivel global, según datos de Organización Mundial de la Salud, alrededor de un tercio de las muertes por cáncer se debe a factores conductuales y dietéticos como el índice de masa corporal elevado, falta de frutas y verduras, actividad física, consumo de tabaco y consumo de alcohol. De acuerdo con el Instituto de Enfermedades Neoplásicas (INEN) durante el 2021 se registraron en Perú más de 70,000 nuevos casos de cáncer y cerca de 35,000 muertes a causa de esta enfermedad.
El Dr. Joseph Dowdell, dietista oncológico de Cleveland Clinic señala: “La genética y otros problemas de salud también pueden influir en la prevalencia del cáncer, pero suelen estar más fuera de nuestro control. Lo que puedes controlar más fácilmente son los alimentos que eliges para alimentarte”. Mantener un peso saludable puede ayudar a protegerse de estos tipos de cáncer y de otras enfermedades crónicas. El dr. Dowdell también ofrece siete consejos para controlar el peso y reducir el riesgo de cáncer:
1. Come más variedad de fruta y verdura
Intente comer al menos tres colores diferentes de frutas y verduras al día. Por ejemplo, añadir en un plato: tomates, zanahorias, piña, lechuga, arándanos, etc. “Comer el arcoíris, es una buena regla, el pigmento que da color a las frutas y verduras contiene ingredientes que pueden reducir el riesgo de cáncer”, recomienda el dr. Joseph Dowdell.
2. Bajar porciones de azúcar
Cuando se trata del cáncer, algunos consideran el azúcar como el enemigo público número uno, ya que, el azúcar alimenta todas nuestras células, pero no todos los azúcares son iguales. “El problema no son los alimentos con azúcar natural, como las frutas y los cereales. Son los azúcares añadidos los que pueden provocar obesidad y enfermedades cardiacas. Éstos pueden aumentar el riesgo de cáncer”, afirma Dowdell. Entre las fuentes furtivas de azúcar se incluyen:
Entre ellos, la pérdida de apetito, el dolor, los trastornos del sueño, las náuseas y los vómitosPanes.
- Galletas saladas.
- Barritas de granola.
- Aliños para ensaladas.
- Yogurt, especialmente las variedades con sabor a fruta.
3. Considere la posibilidad de tomar suplementos de vitamina D
Los niveles bajos de vitamina D se asocian a un mayor riesgo de cáncer de mama, colon y próstata. Muy pocos alimentos tienen un alto contenido natural de vitamina D, aunque algunos productos, como la leche de soja y de almendras, con esta vitamina. Incluso, la exposición a la luz solar puede ayudar a aumentar la vitamina D, y algunas personas se benefician de los suplementos. Consulte a su médico si los suplementos de vitamina D son adecuados para usted.
4. Incluir fibra para evitar comer de más
Los alimentos ricos en fibra te hacen sentir saciado durante más tiempo, evitando que busques un tentempié 10 minutos después de terminar de comer. Las investigaciones demuestran que los alimentos ricos en fibra liberan moléculas que envían mensajes al cerebro indicándonos que estamos saciados.
“Las dietas ricas en fibra se asocian a un menor riesgo de cáncer de colon. Los alimentos ricos en fibra como: cereales integrales. alubias y lentejas, frutos secos, arándanos o manzanas, pueden hacer que se sienta más saciado. Estos son un complemento importante de una dieta que se podría decir “anticáncer”, ya que ayudan a controlar el peso”, comenta el Dr. Joseph.
5. Reduzca el consumo de alcohol
Las personas que consumen altos niveles de cerveza específicamente también tienen un mayor riesgo de cáncer de recto. “Las personas con trastorno por consumo de alcohol tienen mayor incidencia de cáncer de hígado y se asocia a un mayor riesgo de cáncer de esófago, garganta y mama”, añade el Dr. Dowdell.
6. Medir el consumo de sal
Los estudios muestran un alto nivel de conexión entre los cánceres de estómago y el consumo elevado de alimentos salados. “Es preciso repetir que dentro de la dieta se evite los alimentos curados, ahumados y conservados con nitritos, como embutidos, fiambres y salchichas”, dice el dietista oncológico de Cleveland Clinic.
7. Reduzca las grasas a toda costa
Minimizar la ingesta diaria de grasas a, idealmente, 25 o 30 gramos de grasa al día, para mantener su peso a raya. “Es bueno ser exigente con las grasas, y sobre todo las grasas insaturadas cómo: almendras (14 gramos por onza), mantequilla de cacahuete (8 gramos por cucharada), aguacate (10 gramos por media taza), hummus (2 gramos por cucharada)”, recomienda el dietista Dowdell.
Finalmente, en la actualidad no existen pruebas científicas que demuestren que ninguna dieta pueda tratar el cáncer. La comida puede ser una parte importante de la vida ya que, la gente socializa con la comida, a veces lo celebramos con comida y estrechamos lazos mientras cocinamos juntos. Mientras se esfuerza por reducir el riesgo de cáncer con una dieta sana, haga que sus hábitos alimentarios formen parte de su vida. Sin embargo, cambiar hábitos puede ser complicado o abrumador al inicio. El dr. Dowdell recomienda empezar poco a poco. “Cualquier cambio es difícil. Pero fijarse metas pequeñas y alcanzables hace que los grandes objetivos sean mucho más fáciles de lograr”, afirma Dowdell.
“La comida es poderosa y no hay que temerle”, dice el especialista de Cleveland Clinic. " Puedes comerte ese trozo de tarta el día de tu cumpleaños o darte un pequeño capricho en una barbacoa. Darse un capricho de vez en cuando está muy bien. Es cuando esas prácticas se producen a diario cuando entran en juego los efectos negativos a largo plazo”.
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