7 juguetes de niñas de los años noventas
7 juguetes de niñas de los años noventas

Los  fueron testigos de un gran refinamiento en cuanto a  y las niñas no fueron ajenas a esta edad dorada. Muchos de ellos constituyeron un verdadero adelanto tecnológico para su época y eran verdaderamente atractivos por lo que muchas niñas no dejaron de insistir hasta que se los compraron. 

1- Tamagochi 

El tamagochi era un sustituto de mascota. Tenías que alimentarlo,curarlo de las enfermedades y estar atenta a cualquier reclamo, en caso contrario se moría. Dado que era mucho menos costoso que tener un hamster los padres estaban encantados con ello. 

2- Hada voladora

Este juguete era un arma en potencia. Solo tenías que ponerla en una base y jalar  la cuerda con fuerza y el hada salía girando  hacia el techo.  A veces podían quedarse atascadas en las lámparas, tiradas en el techo del vecino o estampadas en la cara de tu hermano. 

3-Muñeco Troll

Por alguna extraña razón, estos feos muñecos con cara de viejo y cabello de color fluorescente se volvieron bastante populares en los noventa. En realidad se trata de miniaturas de  personajes sacados de la mitología escandinava a los que incluso acusaron de ser satánicos. 

4-  Furby 

Estos muñecos mezcla de murciélago, gato y pericote salieron a la venta en 1998 y parecían tener vida. Podían hablar en su propio idioma e incluso te respondían ya que tenían sensores que detectaban una presencia cercana y micrófonos que detectaban la voz. 

5- Poo-Chi 

A las que les quedó chiquito el Tamagochi, podían probar suerte con este perro robot. Podían caminar, sentarse y ladrar, además movían las orejas, cantaba canciones y sus ojos cambiaban de forma ya que eran proyectados en una pantalla LED. 

6- Barbie

Muchas niñas juraron que una vez que tuvieran una nunca más volverían a pedir otra cosa. Esto demostró ser mentira, porque surgieron tantas versiones como la  cirujana, la Barbie bombera y hasta la Barbie pirata. Además, faltaba Ken y su casa. 

7- Pizarra mágica

Muchas dejaron volar su imaginación con estas pizarras de plomo que podían funcionar con unas perillas como comando o simplemente con una punta con imán que formaba las líneas negras sobre el fondo plomo. 

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