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Conforme pasan los años el desgaste de la piel es notorio, por lo que se toman en cuenta diversos aspectos para que su tenacidad se encuentre en óptimas condiciones, sobre todo en personas vulnerables como niños y .

Recordemos que la piel actúa como una barrera protectora, que otorga impermeabilidad, resistencia, termorregulación y es mediadora de impulsos nerviosos. Sin embargo, también es uno de los órganos más sensibles cuando se llega a la tercera edad, ya que es en esta etapa donde se vuelve mucho más propensa a sufrir daños por exposición, debido a la pérdida de grosor. De esta manera se entiende que el adulto mayor en promedio tiene una piel más fina, transparente y seca, debido a que sufre un adelgazamiento del 15% a partir de los 60 años.

Gloria Caycho, obstetra especializada en geriatría y especialista de Tena, sostiene que los familiares de estas personas deben tomar en cuenta aspectos para prevenir las lesiones en la piel del adulto mayor, ya que su fragilidad se acentúa y la cicatrización es lenta. Ante ello, dio una serie de recomendaciones que pueden ser de vital importancia para evitar cualquier complicación o problema cutáneo en .

1. Cuente con productos de higiene personal que contengan extracto de avena para ayudar a remover residuos e impurezas de la piel. Para darle un toque especial se puede optar también por productos que tengan aroma para darle una sensación de bienestar a la persona.

2. Proteja la piel de la humedad aplicando cremas con zinc que construyan una barrera protectora.

3. Utilice toallas húmedas con vitamina E, las cuales tienen la capacidad de humectar la piel y reducir el daño producido por los rayos UV.

4. Hidrate la piel del adulto mayor, evitando cremas oleosas y más bien usar productos que se absorban rápidamente.

5. Para el caso de incontinencia urinaria se recomienda el uso de productos absorbentes con elásticos curvos que se ajusten suavemente al cuerpo brindando mayor seguridad y comodidad sin irritar la piel.

6. En esta etapa es frecuente el uso de sabanillas, que se adaptan a las necesidades del paciente y a las del cuidador. Éstas protegen las sábanas y el colchón, manteniéndolo limpio y seco, libre de posibles fluidos corporales.

7. Evite la fricción o los masajes. Procura optar con personal capacitado para el cuidado físico y en la movilización del adulto mayor.

8. Realice una higiene diaria con agua tibia, utilizando jabones sin olor, de pH neutro, ya que quitan en menor proporción la grasa de la piel.

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