A veces, se hace difícil comprender qué es lo que sentimos. ¿Será amor de verdad o una simple ilusión? Lo cierto es que vivimos en un mundo donde las relaciones afectuosas, amicales o de distinta índole terminan por ser muy fugaces. Pero no dejan de involucrar sentimientos que pueden ser los que nos motiven a tomar ciertas acciones.
Pero, ¿cómo lo sabemos? ¿Cómo podemos saber con precisión si realmente esa persona que nos roba el sueño termina por ser un amor muy fuerte o simplemente un sueño más? Es simple. Para ello nos remontaremos a viejas culturas orientales en las que resaltan su sabiduría para temas de la vida como este.
Decía un viejo proverbio budista que, cuando una persona deseaba algo, no le importaba su futuro. Lo que haga o no, suele ser muy poco importante, mientras termine por suplir sus pasiones. Cuando alguien quería algo, le importaría la forma en cómo lo consigue hasta tenerlo, pero luego perdería importancia. No termina por ser más que algo que uno quería y al tenerlo, esa emoción empieza a desaparecer. No obstante, cuando una persona ama algo, no importan las circunstancias que tenga que pasar, es capaz de luchar para que aquello que ama, aunque le corresponda o no, se siga manteniendo igual de especial siempre.
Lo mismo pasa con las personas. Si deseas a alguien, no importará nada mientras esta persona satisfaga tus instintos. Cuando lo quieres, no te importa si obtenerlo implicará de algún daño. Y si lo amas, aunque este sea imposible de alcanzar, te preocupará su bienestar y su futuro. No importa que lo/la mires de lejos o de cerca, no importan las distancias, ni nada, solo querrás lo mejor para esa persona siempre, porque su felicidad también es la tuya. Y tú, ¿ya sabes lo que sientes?
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