El Yoga, la práctica milenaria llegada del medio oriente, tiene múltiples beneficios para las mujeres que están en gestación, al combinar el control del cuerpo y la mente, lo que posibilita un parto sin mayores complicaciones.
Por ejemplo las llamadas posiciones asanas, permiten hacer ejercicio al mismo tiempo que controlamos nuestra respiración y equilibrio. Además de mejorar la circulación durante el embarazo y disminuyendo la posibilidad de retención de líquidos.
Su práctica durante el embarazo, no solo significa bienestar en esos nueve meses, sino durante y luego del parto, ya que la flexibilidad alcanzada permitirá mejores condiciones y a calmar los dolores.
En el plano espiritual, los ejercicios de respiración nos ayudarán a calmarnos y a maximizar nuestros flujos de oxígeno cuando lo necesitamos. Luego de tres semanas del parto ya se puede realizar su práctica, lo que ayudará a recuperar la silueta en menor tiempo.
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