Magaly Moro

Brenda (35 años, Pueblo Libre). Señora Moro, no quiero sonar como una mujer celosa. Sin embargo, mi esposo Julián me ha dado razones para estarlo y espero que pueda ayudarme a solucionar este problema, en caso tenga alguna solución.

Hace cinco días le pedí a Cristina, una de mis ayudantes en mi tienda de abarrotes, que viniera a mi casa para traerme la ganancia del día. Ella, muy amable y animada por la confianza que le doy de movilizar mi dinero, aceptó de inmediato y llegó rapidísimo. Cabe resaltar que Cris es una mujer voluptuosa, con curvas de infarto que, en el fondo, envidio muchísimo.

Por ello, cuando mi marido la vio en nuestra sala, no pude evitar sentirme opacada y bastante fastidiada por la reacción que tuvo. Julián solo se dedicó a admirarla en silencio, mientras yo sacaba cuentas con mi ayudante. Ni siquiera trató de ocultarlo. ¡Todo un sinvergüenza! Además, le preguntó cómo estuvo su semana, con un tono pícaro que yo conozco muy bien, porque así me coqueteaba antes.

Al acabar el servicio, Cris me agradeció por darle trabajo. Aunque, al darme el beso de despedida, me confesó que se sintió un poco incómoda con la forma en cómo le habló mi pareja. Doctora, solamente atiné a decirle: “¿Ah si? Él tiene un humor bastante diferente al resto. Disculpa e ignóralo”.

Cuando le reclamé a Julián, él terminó enojándose conmigo. Hasta me acusó de celosa y tóxica. ¿Puede creerlo? Yo considero que fue una total falta de respeto y no es la primera vez. ¿Cree que hice bien en reclamarle?

Ojo con el consejo

Estimada Brenda, hiciste lo correcto y lo que cualquier mujer haría en esa situación. No te sientas mal por eso. Por otro lado, lo que hizo Julián fue desconsiderado e irrespetuoso contigo y con esa chica. No dejes pasar las cosas por alto. Si ya lo ha hecho antes, probablemente esta tampoco sea la última vez. Habla con él y, si no acepta su error, evalúa tu relación.